Lo que se esconde en el fondo del 18 de octubre son las dificultades que existen para abordar todas las variables que influyen en un acontecimiento histórico.
Sin legalidad y sin legitimidad de las reglas que están en la base de ese acuerdo no hay proceso constituyente posible. La tentación de golpear al gobierno debilitando la ley es en este aspecto suicida.
Que ya no exista una emisora equivalente en el dial nacional es un síntoma que se suma a la larga lista de dolencias que hemos ido barriendo bajo la alfombra.