Con el pretexto de la lucha contra el terrorismo se abrió una caja de pandora que ha sido denominada, incluso por las fuerzas armadas británicas, como “la guerra inganable”.
El esfuerzo del gobierno de Chile era una oportunidad única para que miles de europeos pudieran ver algo que, aunque supuestamente representativo del país, nunca iba a ser visto por la mayoría de los chilenos.