Sin un profundo cambio de rumbo y de actitud, el gobierno continuará poniendo al país en un camino de confrontación y extrema peligrosidad para la convivencia.
¿Qué tan fe tiene que ponerse la cosa para que sea claro que el orden vigente no da abasto? ¿ Qué tan ansiado por la realidad tiene que verse un Jefe de Estado para evaluar su continuidad en el cargo?
Los malestares tienen dimensiones subjetivas que no hay que dejar de atender. Asimismo, los estudios citados aquí, junto a muchos otros, sugieren que no es que no se supiera que existía este descontento. Quizá no se le dio la suficiente importancia. O tal vez se pensó que las recetas de los años 1990 seguían siendo válidas para hoy.
Es de esperar, entre otras cosas, que la izquierda moderada espabile porque de lo contrario arriesgamos a entrar en un espiral de polarización, más extremo todavía que el que hoy estamos viviendo.
Debemos de forma creativa generar los canales para incorporar a la ciudadanía digital, sus lenguajes, códigos, normas y sistemas de información al quehacer de la democracia.