El valor de Lukas, más allá de la mirada divertida y fresca detrás de cada una de sus viñetas, se transforma en una particular panorámica de cómo era la vida a fines del siglo XX.
Aunque el recuerdo de Subercaseaux esté asociado a algunas imágenes clásicas de la pintura chilena y a su labor religiosa, su alter ego nos dejó una particular mirada del puerto de Valparaíso y de Viña del Mar a inicios del siglo XX .