La ciudadanía ha dado muestras más que concretas de su molestia con la política, precisamente por espectáculos como este, que solo la desprestigian más.
La historia, bien estudiada, con pensamiento crítico y honestidad intelectual, debiese ayudar a resignificar nuestros monumentos y patrimonios cuando corresponda, y a fundamentarlos mejor cuando así sea necesario.