El Ejecutivo se ha transformado en un ente que entrega números diarios, pero que no los traduce en un ethos común. Al final, las cifras se han convertido en vacíos, sin rostro y sin alma, que no generan cohesión, sino apenas miedo.
¿Le cabe algo más que atender y acatar a la persona corriente? ¿Pueden los individuos, sólo en virtud de sí mismos, ser agentes de bienestar en tiempos de conflicto? La respuesta es afirmativa.
Fabiana Rodríguez-Pastene Vicencio, realizó análisis comparativo respecto a las representaciones sociales femeninas en medios de prensa satíricos de carácter político.
Su expertise está dada por la comunicación y se presume que es poco el aporte que puede hacer en un tema tan sectorial y sensible como el de las mujeres y la equidad.