La clave para afrontar lo que vivimos, como nos están enseñando los numerosos equipos hospitalarios y de los propios servicios de salud, está en centrarnos en el nivel de liderazgo intermedio.
Para salir de esta crisis, debemos al menos revalorizar las instituciones internacionales. Requerimos de organismos fuertes y con capacidad real de acción autónoma en relación con los estados y los propios ciclos de la economía.
Vamos a ver entonces hasta dónde llega ese amateurismo de los orígenes y amor por la camiseta que inspiró a los primeros football players que muestra The English Game.
No sería extraño que en este esfuerzo de recuperación termináramos por confirmar que muchos de los atavismos históricos que han aflorado a la superficie en los últimos meses, nuestros males preexistentes, pueden ser incluso más dañinos y mortales que el propio virus.
Instamos a empoderar a alguna autoridad para coordinar a las agencias estatales y servicios que sean fuente o usuarios de los datos, con las responsabilidades del caso.