Por insólito y surrealista que parezca con todo lo que ha ocurrido en el último año, este segundo gobierno de Sebastián Piñera tiene muchas más probabilidades de asegurar la continuidad de su sector en el poder que su primera administración.
La evidencia de los últimos lustros respecto de cómo las situaciones de vulnerabilidad de los niños afectan su desarrollo, incluido el cerebral, y los impactos negativos duraderos de las carencias que ello conlleva, hacen de la inversión en ellos quizás el uso socialmente más rentable de los fondos públicos.