El proceso constituyente seguirá su curso, alimentado por ese país imaginario que se quiere construir, sin importar los riesgos que esto implique para la nueva administración. Porque son inseparables y dependen el uno del otro, no tienen más alternativa que seguir transitando por el camino que cada día se hace más evidente en las normas ya aprobadas; cosechando lo que se ha sembrado a lo largo de tanto tiempo.
El flujo irregular de personas seguirá adelante y la sociedad chilena, en especial los habitantes de la zona norte, no tendrán más alternativa que seguir constatando el deterioro de sus entornos y de sus condiciones de vida.
"El arribo de Marcel a Hacienda vino a confirmar que, al menos en la primera etapa, el programa de gobierno quedará subordinado a las lógicas de la responsabilidad fiscal".
Hoy resulta impropio estar criticando a un presidente electo, que no ha designado a sus equipos, y que estas primeras semanas ha reforzado los mensajes a favor del entendimiento, la gradualidad y el compromiso con la regla fiscal.
Lo ocurrido la semana pasada en la elección de la nueva mesa de la Convención, sin transparencia ni explicaciones de ningún tipo, solo aportó a seguir deteriorando la confianza en las instituciones, en el proceso constituyente y en una coalición de gobierno que ni siquiera ha empezado su tarea.c
Y ese es el riesgo que ahora deberá encarar el próximo gobierno: que la misma violencia que legitimaron, entre otros, el PC y el Frente Amplio, violencia que además los ayudó a llegar al poder, se transforme desde ahora en una forma legítima de protesta frente a su propia gestión.
Gabriel Boric se ha mostrado en estos primeros días como un líder sorprendente, con empatía y talento, convicción y ductilidad. Un político que a su temprana edad confirma que tiene claro lo único importante: el poder es todo; lo demás va y viene.
La razón profunda por la cual esos países emergentes con que nos gusta compararnos están cada día más lejos y no más cerca es porque los niveles de confrontación, de odio y violencia que han resurgido en el Chile de los últimos años hacen inviable todo, simplemente todo.
Gane quien gane el 19 de diciembre, Chile será al día siguiente un país más dividido, más confrontado y violento.Mirado desde una perspectiva histórica, quien gane o quien pierda la próxima elección es el menor de nuestros problemas.