El centralismo debe ser tratado como un problema cultural y no sólo político. Por lo mismo, no podemos reducir los esfuerzos a seguir la inercia de la elección de intendentes.
Si bien los movimientos sociales permiten encausar con éxito ciertas exigencias que un individuo solo no podría conseguir, lamentablemente, el actuar en masa puede atentar contra la individualidad.
La abundancia de recursos naturales no es la barrera para el desarrollo. Si lo es la debilidad de las instituciones, la escasez de capital social y la falta de competencia.
En un régimen presidencial la intervención directa del Mandatario es siempre una “bala de plata”, el último recurso para destrabar una situación compleja...
Hay que recorrer el casco histórico de Valparaíso para darse cuenta de que tener un museo del humor en medio de la ciudad sería paradójico cuando cada vez quedan menos razones para reír.