Muy pocos se preocupan de atacar el fondo del problema, invertir en la educación de los sectores más vulnerables y elaborar, por otra parte, políticas que busquen la reinserción de los jóvenes que cometen delitos.
Marché junto a estudiantes, madres con sus pequeños, funcionarias, trabajadoras, dueñas de casa y hombres (a los que por cierto nadie echó, escupió o recriminó).