La idea central que se desprende de esta frase podría ayudarnos a entender las distintas pugnas que se han gestado a lo largo del proceso descentralizador.
Sería inentendible que, contando con un proyecto de ley en su etapa final de aprobación, y que cumple con estos requisitos, el gobierno decidiera mantener la actual institucionalidad.
La historia de América Latina confirma que las situaciones de fracaso del Estado y deterioro institucional siempre han tenido como uno de sus ejes el derrumbe ético de los cuerpos policiales.
Soto no se quería ir y quiso estirar al máximo la situación, mostrando minuto a minuto que el Hermes inicial no fue más que un espejismo y que Carabineros se sigue mandando solo.
Piñera se aprendió el libreto: a diferencia de Michelle Bachelet, sugirió, él se pondría siempre del lado de sus compatriotas y no del lado de los organismos internacionales.