La democracia es el sistema falibilista por excelencia, vive de la vida y calidad del diálogo de sus actores como método para construir acuerdos capaces de encausar pacíficamente la convivencia social cuando esta se ha fracturado o requiere componerse.
Si la historia termina bien, cuánto valoraremos, cuánto cuidaremos la paz social en el futuro: hemos aprendido en carne propia que sin ella no es posible la paz mental.
Este “Acuerdo por la Paz Social y nueva Constitución”, ha entregado un respiro a la Moneda, pero no debe distraer al ejecutivo de su agenda social, es urgente que se aborden concreta y responsablemente los temas de salud, pensiones, salarios y servicios básicos.
Chile ha superado en muchos aspectos a cualquier país de la región, pero todavía está funcionando muy por debajo de su potencial y de las expectativas de su población.