Sabemos también que la salud mental se distribuye desigualmente por género y por clase social, siendo los hombres de nivel socioeconómico alto los que presentan los mejores índices (Encuesta Nacional de Salud, 2017) y las madres presentan un agotamiento parental significativamente mayor que los padres (...)
¿Quién tiene ahora la responsabilidad ética? La situación no es evidente como antes: la máquina toma sus decisiones sin intervención humana, por lo que no sigue criterios definidos, así, en principio, no existe responsabilidad humana.
El dilema pandémico suele presentarse como uno ente salvar vidas mediante medidas restrictivas y salvar la economía. Este es, por cierto, un acercamiento imperfecto a lo que está en juego.
El problema es que el criterio que se emplea en el fútbol no pareciera aplicarse a otras actividades que, pese a cumplir con las reglas, no cuentan con la popularidad ni el impacto social que genera el fútbol.