La pandemia y sus efectos han ampliado las brechas que ya existían en las condiciones y trayectorias de vida de hombres y mujeres, no solo en términos laborales, sino también emocionales.
Habrá que esperar los montos totales de la campaña y los resultados finales de este proceso para lograr determinar cuánto influye el poder económico en el resultado de una elección.
Recientemente hemos comenzado a observar las consecuencias de un año escolar que, más allá del esfuerzo de profesores y autoridades educacionales, así como también de los padres y apoderados, ampliará la brecha que las diferentes condiciones socioeconómicas ya impone.
Más allá de tener el nombre impreso en la papeleta, hay algo intangible que viene con ello: la responsabilidad que conlleva estar en ese voto es inmensa, trascendental, histórica.