Escuela de Periodismo UAI. Ex Jefa de prensa de Senador Ricardo Lagos W. Anteriormente trabajó en la sección política del diario la Segunda y en la revista Qué Pasa.
La participación hoy es crucial, pero también lo es la responsabilidad que nos cabe como ciudadanos, no solo de ejercer nuestro derecho a voto, sino también de hacerlo de manera consciente e informada. El “achunte” o la indiferencia no son opción cuando la historia escribe sus líneas.
Las dificultades sociales, el desapego a las fuerzas políticas tradicionales y las carencias de un país en deuda consigo mismo, se han transformado en un caldo de cultivo peligroso y real para un populismo que parece haber llegado para quedarse.
La elección del 15 y 16 de mayo será una prueba de fuego y dará luces respecto de si efectivamente el presidente encabeza hoy un gobierno muerto caminando.
La comunicación y la información históricamente han sido el lugar en el que se produce el debate de ideas, pero también son el espacio donde conviven el poder y el contrapoder.
Lo que hacen Jiles, Schalper y varios otros es precisamente banalizar, convertir en trivial e insustancial una institución que, por su relevancia, debiera mantener una seriedad y legitimidad a toda prueba.
Es ahora cuando el Estado debe hacer sus máximos esfuerzos, hay muchas familias que están al borde del abismo o cayendo derechamente en él, sin poder ver la luz al final del túnel.
La información diaria se ha convertido en una sarta de números vacíos que cada vez llegan menos a la ciudadanía, sin creatividad ni preocupación por una comunicación de riesgo que realmente le haga sentido a los chilenos.
Como sociedad nos escandalizamos cada tanto, pero no tenemos una postura común respecto de estos hechos y desde la clase política muchas veces algunas situaciones se matizan con explicaciones justificantes, mientras otras son cuestionadas. Pero no hay una vara común.
En la pugna economía-control de la pandemia el gobierno ha caído en el error de privilegiar la primera en detrimento de la segunda, mientras que los ciudadanos muestran signos de cansancio ante las medidas restrictivas y se resisten a seguirlas.
La delincuencia continúa y en la vida real, lejos de los flashes, los volantes y los debates televisados, se trata de un mal que los chilenos no tenemos cómo paliar. Al parecer, el gobierno tampoco.
Tan extenso como serán las papeletas que deberá digerir cada votante, considerando que además de presidente, en noviembre se elegirán diputados, senadores y consejeros regionales.