El Centro de Estudios de la Conducta Alimentaria (CECA) de la Escuela de Psicología UAI organizó un seminario para conmemorar el Día Mundial de los Trastornos Alimentarios, que se celebra el 2 de junio. La actividad contó la participación de diversos expertos en el tema a nivel nacional e internacional. Además, la Escuela dio a conocer el diplomado que, en colaboración con la Clínica Las Condes, impartirá a partir de agosto y que tratará sobre la problemática alimentaria.
Durante la presentación del seminario, el rector UAI, Harald Beyer, expresó que “lamentablemente los trastornos alimentarios no son considerados un problema de salud en Chile, incluso en países más desarrollados tampoco lo son. Por lo tanto, estos problemas, de alguna forma, son invisibilizados por la acción de los Estados y las políticas públicas de los ministerios de salud. (…) Nosotros como universidad hemos estimado que es una tarea urgente abordar los desafíos que están asociados a esta pandemia”.
Por su parte, la directora del CECA, Claudia Cruzat, manifestó que el trastorno alimentario “es un tema que hoy debiera estar en la discusión e idealmente también debería ser un tema de salud pública, para que así los pacientes puedan acceder a tratamientos especializados”. Cruzat se refirió a la mala alimentación de los chilenos y aseguró que hoy existe un alza sostenida en las problemáticas alimentarias en distintas poblaciones, principalmente en niños y en adultos mayores. “Nuestra misión como CECA también ha sido instalar la problemática a nivel preventivo, que obviamente es más barato que a nivel curativo. Nuestro desafío hoy es realizar una prevención integrada que incluya a la obesidad, por un lado, y a los trastornos alimentarios por otro”, explicó la académica. Asimismo, remarcó que es importante educar a los pediatras, psicólogos y orientadores que trabajan en colegios para una detección temprana de esta enfermedad.
Posteriormente, la doctora en psicología de la Universidad de Buenos Aires, Guillermina Rutsztein, definió los trastornos alimentarios como una desviación psicológica enfocada en la comida y el peso: “Hablamos de una excesiva preocupación por el peso y la comida, con un excesivo temor a engordar y una vida sobrevalorada por adelgazar, todo esto acompañado de una baja autoestima”. Rutsztein explicó que de cada 11 personas con trastornos alimentarios, 9 son mujeres. Para la doctora, los factores de riesgos que podrían desembocar en un trastorno alimentario son la insatisfacción corporal, la preocupación por el peso, la presión sociocultural, la internalización del ideal de delgadez y la influencia de los medios de comunicación.
María Estela Caccavo, médica psiquiatra especializada en el área infanto-juvenil, relató la experiencia que ha tenido como directora de la Fundación Cetai, un centro de rehabilitación para trastornos alimentarios en Mendoza. La profesional aclaró que todo el trabajo que realizan en la fundación es de carácter preventivo. “La idea es trabajar con niños, adolescentes y familias sanas porque nos hemos dado cuenta de que hay un montón de pequeñas cosas que cada uno de nosotros podemos realizar para hacer prevención. (…) El lema de nuestra fundación es: trabajemos para que no se enfermen”, declaró la psiquiatra. Además, aclaró que los trastornos alimentarios empiezan antes del nacimiento, con una influencia genética que está absolutamente demostrada. Caccavo aseveró que “ésta es una patología bastante difícil de tratar, necesita de un equipo multidisciplinario que esté muy conjugado”.
Finalmente, la nutrióloga de la Clínica Las Condes, María José Escaffi, compartió los detalles sobre el “Diplomado en Formación de especialistas en problemáticas alimentarias”, que la Escuela de Psicología impartirá en conjunto con la Clínica Las Condes. Escaffi, en su calidad de directora del programa junto a Claudia Cruzat, especificó que “éste es un diplomado que forma a los especialistas en problemática alimentaria, desde el comportamiento normal hasta el patológico”. La doctora explicó que la orientación fundamental del programa es desarrollar habilidades específicas para preparar a los futuros profesionales del país a enfrentar todas las problemáticas relacionadas con la alimentación. En este sentido, tiene una orientación práctica y teórica que busca la formación específica de profesionales de alta calidad profesional y académica.
