Este 2 de octubre, el académico Cristóbal Hernández, psicólogo y Director del Magíster en Psicología Clínica de la UAI, presentó los resultados de su FONDECYT (Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico) y lideró la charla “¿Por qué nos quedamos pegados a las pantallas? Entendiendo la adicción a Internet y sus consecuencias”, organizado por la Escuela de Psicología.

Durante el encuentro se abordó el fenómeno de la adicción a Internet, por qué se genera y sus consecuencias en salud mental, en particular en población adolescente y adulta joven. Además, se abrió un espacio de conversación en torno a cómo lidiar con esta problemática.

“Esta charla está hecha para que todas las personas puedan empoderarse de su uso de internet”, explicó Hernández. “Para visibilizar que su uso adictivo existe, y que es relativamente común, pero que también no es tan difícil de controlar cuando se concientiza y aprende sobre el tema”, aseguró.

Además del académico Cristóbal Hernández, durante la charla también expusieron Sergio Quevedo, MSc. Psicólogo Clínico, Magíster en psicología clínica y profesor instructor de la Escuela de Psicología de la UAI y coordinador del proyecto FONDECYT; Raimundo Hansen, MSc. Psicólogo Clínico, Magíster en psicología clínica, y asistente de investigación proyecto FONDECYT; José Antonio Garcés, MSc. Psicólogo Clínico, Magíster en psicología clínica, y asistente de investigación proyecto FONDECYT; y Martín Ferrada, MSc. Psicólogo Clínico, Magíster en psicología clínica, y asistente de investigación proyecto FONDECYT, quienes abordaron diversas aristas relacionadas con el uso de internet en los estudios “¿Me inserto o me incluyo? Una revisión al rol de la tecnología en la identidad migrante”, “Tolerancia al malestar y uso problemático de internet”, “Relaciones parasociales y su impacto en la autoestima” y “Uso problemático de internet: ¿Un riesgo para perder las habilidades de la vida real?”, respectivamente.

“El uso de las tecnologías muchas veces tiende a ser un área un poco invisible, y al hablar de adicciones, tal como Cristóbal comentaba, no solo tiene que ver con la cantidad de horas que uno está conectado, sino cuán invalidante puede ser o cuánto nos estamos restando de actividades sociales o académicas, por estar hiperconectado.El hecho de hablar, de reflexionar, de levantar esta temática y ver cómo impacta nuestras vidas cotidianas, en contextos laborales, académicos, sociales, es un tremendo avance”, indicó Claudia Cruzat, decana Escuela de Psicología.

El estudio principal fue realizado a partir de la experiencia de 181 adolescentes y adultos jóvenes durante 10 días, con evaluaciones tres veces al día para medir inducción de aburrimiento y niveles de cortisol, además de entrevistas fenomenológicas para determinar la experiencia emocional con y sin teléfono. Los resultados arrojaron que, en al menos un 30%, el estudio presentaba uso problemático de internet.

“Los modelos o formas para explicar la adicción a internet en Sudamérica no tenían tanto que ver con por qué las personas utilizan internet, sino a asociarlo con psicopatologías, como si fuera una enfermedad más, y no creo que sea así”, explicó Hernández.  “Este estudio tenía que ver con cuáles son las condiciones que generan un impacto negativo en salud mental y si efectivamente el uso adictivo de internet tiene que ver con evitar o con conectar con el mundo. Creo que una de las cosas que más ayudan es tener información. Conocerse y pararse a pensar por qué hacemos lo que hacemos”.

El Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, FONDECYT, busca estimular y promover el desarrollo de investigación científica y tecnológica básica, y es el principal fondo de este tipo en el país.