Elegir especializarse implica grandes desafíos, y la Escuela de Psicología abre un abanico de posibilidades para experimentar diferentes áreas a través de sus programas de Magíster de Especialidad para los quintos años, Diplomados y Postgrados.

En términos generales el desarrollo está en tres áreas: Organizacional, Clínico y Social, dentro de cada uno existen muchas alternativas pero el objetivo general está en formar profesionales más preparados para enfrentar las problemáticas sociales y humanas que se van generando en el tiempo.

Psicología Organizacional

Elegir especializarse en diferentes áreas relacionadas a la gestión de personas es una oportunidad amplia que ofrece nuestra Escuela de Psicología. Cada año son más quienes buscan profundizar sus conocimientos en materia de gestión, habilidades directivas, competencias, y una serie de elementos que tienen que ver con el trato humano en las organizaciones.

Para Ricardo Baeza, Director del Diplomado en Gestión Estratégica de Evaluación y Selección de Personas (DEP), “siempre ha sido importante poder contar con las mejores herramientas para gestionar el talento dentro de las organizaciones, generando espacios proclives a la productividad y que a la vez sean entornos gratos e idóneos para desplegar todo el potencial de las personas”, y ahí está el desafío de la Escuela y de los programas que ofrece, “el aporte que puede hacerse desde la psicología organizacional resulta clave; con una formación profesional seria anclada en el rigor de la evidencia e inspirada en los valores más profundos de lo humano”, acota.

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Psicología Clínica

El área clínica de la Escuela de Psicología tiene como objetivo encontrar respuestas a las necesidades emergentes y actuales de la población, invitando a hacerse cargo de aquello que nos afecta, como humanos, en la vida cotidiana.

Claudia Cruzat, Directora del Área Clínica señala que “la formación de quienes trabajamos en el área del bienestar y del área clínica, no es tarea fácil, nos remueve a nuestros temas personales, que nos desafía a estar siempre alertas y atentos a nuestros propios miedos e inseguridades. En el camino vamos aprendiendo y entendiendo que no somos superhéroes y que, para estar al servicio de nuestros pacientes, primero debemos conocernos y querernos, saber de nuestras fortalezas y debilidades, solo así seremos un faro y un puerto seguro para quienes recurren a nuestro apoyo y guía”.

Desarrollo Humano

El área de desarrollo humano y bienestar por su parte, promueve las habilidades de regulación emocional, presencia, escucha activa, empatía, compasión y una perspectiva apreciativa, los cuales son habilidades centrales en el mundo cambiante en que estamos viviendo.

“Nuestros programas buscan integrar aprendizajes significativos, aprendizajes vivenciales (en primera persona) como relacionales (segunda persona) así como comprensivos (en tercera persona). Buscando desarrollar una perspectiva integral, corporeizada y ética de la formación, en un área tan sensible como lo es el área del desarrollo humano”, explica Claudio Araya, director del Magíster en Mindfulness Relacional y Prácticas del Bienestar.

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