Mindfulness, una herramienta para el cambio social

1 de Abril 2019 Noticias

Profundizar sobre la importancia de llevar la práctica de mindfulness y compasión a lugares donde habitualmente no llega, es el foco de estudio de Claudio Araya, profesor de la Escuela de Psicología, quien presentó el efecto que tiene esta práctica en contextos de vulnerabilidad psicosocial.

Ahora, ¿cómo definir un grupo de vulnerabilidad psicosocial? El académico explica que tiene que ver con un contexto social que reduce el bienestar o no genera las condiciones para que haya mayor bienestar en las personas. En este sentido, Araya sostiene que la vulnerabilidad psicosocial tiene que ver con las condiciones ambientales y contextuales, las cuales no favorecen el desarrollo.

Con el objetivo de profundizar sobre la práctica y la distancia que existe con grupos vulnerables, Claudio Araya explica.

¿Por qué el mindfulness no llega a lugares de vulnerabilidad psicosocial?

Yo creo que tiene que ver con lo segmentado de la sociedad en la que vivimos y que la mayoría de los cambios habitualmente ocurren desde los grupos que tienen mayor acceso a la información. En este sentido hay una desigualdad en el acceso al conocimiento y a las prácticas de bienestar, yo creo que una cosa interesante es ver cómo reducir y aminorar esa barrera, porque la realidad es que esta práctica no llega a lugares donde más lo necesitan.

Llevar el mindfulness a lugares de vulnerabilidad psicosocial ¿mejoraría los índices de salud mental de la sociedad?

Es difícil concluir que el mindfulness mejora, pero si contribuye. Sí hay evidencia y mi tesis muestra que ayuda a mejorar los indicadores de bienestar, a reducir síntomas de depresión y ansiedad. Puesto de manera muy concreta, es más probable deprimirse y sentir más ansiedad si vives en Pudahuel – donde hice mi tesis – que si vives en Las Condes. Entonces lo que muestra la tesis es que practicar mindfulness en contextos de vulnerabilidad psicosocial, contribuye a que haya mayor bienestar, a emparejar la cancha, a que estén mejor las personas. Por supuesto no es la única respuesta, pero si es una que contribuye.

¿Cuáles son los principales problemas en este contexto social y cómo – concretamente- las prácticas de mindfulness ayudarían a estas personas?

Los problemas radican en mayores dificultades, tanto en logísticas físicas como en problemas sociales, tales como la delincuencia, sensación de inseguridad, sentir que no tienen las oportunidades para surgir, y eso provoca síntomas psicológicos, depresión y ansiedad. Entonces, el mindfulness sí ayuda a que las personas se empoderen, que las dificultades del entrono no los determinen, sino que les permita desarrollar mayor autonomía, mayor conciencia, que puedan cuidar de sí mismos.

El Mindfulness Relacional, es decir, el trabajo con el otro, ¿tiene mayor impacto en grupos vulnerables?

Todo tiene que ver con la perspectiva relacional. Estar más consiente y aprender a vivir presente no es algo únicamente individual, sino que es algo que podemos hacer en un contexto con otros, generando una conciencia colectiva. Al mismo tiempo, si lo hago solo, nunca lo hago aislado, siempre lo hago en un contexto, con otras personas, entonces en ese sentido mindfulness es intrínsecamente relacional, y esta mirada social lo es aún más. Entonces, es una manera de integrar lo relacional o de visibilizarlo, y es un aporte que podemos hacer en este lugar del mundo, en Chile, hay mucho que podemos aportar desde ahí.

¿Cómo es posible acercar a estas personas al mindfulness?

Yo creo que como sociedad generamos esta desigualdad, pero también podemos corregirla. Creo que la práctica de mindfulness contribuye a tener más autonomía y lo que es importante es acercar estas prácticas a las personas a través de la educación, de la salud, de los centros comunitarios, ahí hay espacio donde se pude hacer mucho.

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