“Para mí el Magíster en Psicología Social es una manera de contribuir mediante mi profesión a varias de las causas políticas y sociales”, indica Josefina López, estudiante de quinto año de Psicología que realizó –durante la pandemia- su práctica profesional en el Centro de Estudios Espacio Público.

Una de los caminos que ofrece la carrera de psicología está relacionada al vínculo con el entorno desde lo social y político, en este contexto, la estudiante Josefina López cuenta que la psicología social permite “trabajar más codo a codo con las organizaciones, de apoyar a los territorios y de comprender de un modo más rico sus experiencias y demandas”, señala, además del enfoque colectivo, aspecto que la inspira porque “creo que es necesario que pasemos del paradigma de la competencia y el individualismo a uno de mayor cooperación”, agrega.

La experiencia en Espacio Público

Josefina se desempeñó como ayudante de investigación en la Fundación Espacio Público, a través de la cual buscaba ver el efecto que tenía el primer empleo remunerado en la disminución de la violencia de género y la discriminación en mujeres jóvenes de contextos socioeconómicos excluidos de América Latina, básicamente ver si entregando empleo a mujeres jóvenes que usualmente no conseguirían empleos en otros lados, se podía prevenir y disminuir la violencia de género y la discriminación por clase.

“Como ayudante de investigación me tocó hacer un poco de todo, preparé instrumentos de recolección de datos (hacer las pautas de las entrevistas, los consentimientos informados y las cartas de invitación), hice varias entrevistas semiestructuradas por Zoom a mujeres de otros países e hice un par de Historias de Vida y Foto biografías, analicé datos cuanti y cuali, co-redacté un gran informe y tuve reuniones de presentación de resultados preliminares”, cuenta la estudiante respecto a su trabajo en la fundación.

Fueron 6 meses de práctica, en los que señala que “los mayores aprendizajes que me llevé de la práctica fueron el poner las manos en la masa o meter los pies al barro, porque en la universidad te enseñan las bases de cómo investigar, lo que se recomienda hacer, las cosas con las que una tiene que tener ojo, pero ahí ya trabajando es que una va entendiendo más por qué algunas cosas son como te dicen que son y también qué cosas te funcionan a ti. Hay harto de expandir la propia visión y conocerse”, indica.

La experiencia de práctica define, de alguna manera, el rumbo en que las y los estudiantes desean impactar en la sociedad, de hecho en el caso de Josefina, continúa trabajando como investigadora pero en otra organización, con distinto foco pero siempre buscando contribuir desde esa vereda. “Creo que el haber hecho la práctica me dio la oportunidad de darme cuenta de que la investigación efectivamente es algo a lo que quiero dedicarme y comprobar también que tenía las habilidades para hacerlo”, cuenta la estudiante.