“Añadir fibras orgánicas a mezclas de hormigón esperando que signifiquen cambios positivos en las propiedades de las mezclas”. Así resume el estudiante Simón Dosque la investigación que comenzó, junto a Antonia Beltrán, en el Laboratorio de Ingeniería Civil del campus Viña del Mar de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) y que ahora realizan en el Politécnico di Torino (Italia).
Según el estudiante proteger al medioambiente fue una las principales motivaciones de la investigación y detalla que “uno de los problemas actuales donde podemos concentrar nuestra atención es la industria y su impacto al medio ambiente. En esto la industria de la construcción es cómplice del avance, incluso puede ser un usada como un índice de crecimiento, pero ¿a qué costo? El hormigón es el material más usado en el mundo de la construcción y también es el responsable de al menos un 8% de la producción de CO2 en el mundo”.
Frente a ese debate proponen reducir el impacto ambiental de la producción de desechos ganaderos de cerdos – ya que en Europa este sector produce cerca de 900 mil toneladas métricas de derechos – con la incorporación de más fibras orgánicas en el hormigón. El estudiante detalla que continuar con la investigación en el Politécnico di Torino “significa una oportunidad, poder llegar más lejos”.
Su compañera de investigación, la estudiante de ingeniería civil Antonia Beltrán Henríquez, dice que lo más relevante de la investigación “es encontrar la efectividad de métodos y tecnologías más amigables con el medioambiente en la construcción, el uso y valoración de áridos reciclados (residuos de demoliciones y construcciones) para la creación de nuevas mezclas de cementos y hormigones”.
Por su parte, el académico de Ingeniería UAI y quien los guía en la investigación, Federico Antico, dice que ambos alumnos realizaron una segunda etapa de la investigación, que comenzaron en el laboratorio de ingeniería civil de la UAI de Viña del Mar, al Politécnico di Torino y afirma que “una experiencia como esta brinda una oportunidad única para estudiantes motivados por desarrollar investigación y salirse de su zona de confort. Les abre los ojos de todo el potencial que tienen y medirse frente a pares internacionales”.
El académico explica que la investigación es parte del trabajo del L.E.S.S. materials group, del área ing. Civil (ex obras) de la UAI. Y aclara que en Italia los estudiantes trabajaron bajo la dirección del Prof. Jean-Marc Tulliani del Interdepartmental Center SISCON (Safety of Infrastructures and Constructions). Además, el viaje de los estudiantes fue financiado a partir del fondo SEED Fund, otorgado por Ingeniería UAI para potenciar redes internacionales de colaboración.
Ambos estudiantes reconocen el respaldo que ha entregado Ingeniería UAI en su aprendizaje, y también reiteran el apoyo brindado por su profesor Federico Antico.
“Lo primero y que más destaco, es que la universidad nos entrega la confianza y seguridad de que somos grandes personas aquí y donde sea, me sentí confiada hablando con grandes científicos y pudiendo dar mi opinión siempre con respeto a personas que saben mucho más que yo”, explica Antonia Beltrán, quien reconoce que su paso por Italia ha sido “una experiencia increíble” y detalla que fue clave la dedicación que tuvo el profesor Federico Antico para que yo llegaran al Politecnico di Torino “con el suficiente conocimiento sobre los laboratorios y los ensayos que fui a hacer”.
El estudiante Simón Dosque coincide en que “la UAI tiene algo especial que, en otras universidades, por lo que escucho de mis amigos, no se da. Esto es el interés de sus profesores. Al menos, en ingeniería esto es impresionante, un total compromiso por parte de los docentes con sus alumnos, o al menos esto es lo que yo viví” y reitera que sin la guía del profesor Antico “nada de esto sería posible: su constante presencia, tiempo y dedicación hacen que todas las dificultades fluyan y logremos resolver cualquier problema. Es a mi gusto la piedra angular del área de obras civiles UAI. Le debo mucho”.