Cuidado y autocuidado en momentos de crisis

30 de Octubre 2019 Noticias

Lo primero, que la crisis no nos paralice.

Si miramos adelante, probablemente nos veremos enfrentamos dentro del contexto familiar y laboral, con personas que presenten síntomas de angustia, estrés post traumático, crisis de pánico, entre otros.

  • En caso de que aparezcan y se mantengan síntomas como angustia y estrés, buscar ayuda de especialista (psicólogo y/o psiquiatra)
  • Es probable que algunas personas reediten situaciones traumáticas previas, de violencia, que podría generar síntomas antes descritos, por lo que es importante contar con redes de apoyo que puedan escuchar y contener, ya que en estos momentos es normal presentar síntomas si ya se ha sufrido vulneración de derechos (ya sea de manera directa o indirecta).
  • Dentro de lo posible, retomar de a poco nuestras actividades normales, ya que eso ayuda a tener ciertas certezas. Esto no implica indiferencia ante lo ocurrido.
  • Hacer algún tipo de actividad física, mantener hábitos de alimentación, de sueño y sentido del humor.
  • Compartir espacios de conversación que permitan la expresión de lo que estamos viviendo, en un contexto protegido, respetuoso y seguro que permita compartir las experiencias de cómo cada uno sobrelleva la angustia (modelado), tratando de poner en práctica aquellas que mejor se acomoden a la persona.
  • Utilizar algún método de distracción que no sea el mirar tv o las redes sociales de manera permanente, sino más bien: lectura o lectura de cuentos para los niños, organizar actividades recreativas con los vecinos (cuenta cuentos, incluso hablar con los niños sobre lo que está pasando) juegos en familia, etc.
  • Hacer meditación o práctica de mindfulness

En caso de menores de edad:

  • El primer consejo es que, como adultos, seamos el filtro de lo que ellos ven, tratando en la medida de lo posible evitar exponerlos a las noticias que pudieran ser muy angustiantes para ellos. Y en ningún caso dejarlos solos viendo o escuchando noticias.
  • Responder cuando nos preguntan de forma simple, considerando su edad, sin muchos detalles, dando espacio para explorar sus emociones. Ayudarles a nombrarlas y escuchar sus miedos (puede ser por medio de dibujos, cuentos, o juegos).
  • Es importante que al explicar lo que sucede evitemos transmitir nuestra propia incertidumbre o miedos a ellos. En ese sentido, es importante cuidar también nuestras conversaciones entre adultos delante de ellos, aun cuando en apariencia parezcan no escucharnos.
  • Es necesario hablarles de la empatía, de cómo dialogar con alguien que tiene un punto de vista diferente al nuestro, explicar que la violencia no es una solución, hablar sobre sus derechos y validar sus emociones y preguntas.

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