Burnout y el desafío de las organizaciones

3 de Julio 2019 Noticias

La sociedad cambia y las personas se transforman. Uno de los objetivos de la Escuela de Psicología es comprender a la sociedad y promover –desde la disciplina-  el bienestar de las personas. Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) actualiza periódicamente la lista de enfermedades de salud mental, dentro de las últimas incorporaciones está el Burnout, un fenómeno que no es nuevo pero que hoy tiene mayor visibilidad.

¿Qué es el burnout?

Es un tipo de estrés laboral que provoca un estrés crónico que se observa a nivel de salud física, mental y social, y se caracteriza por la presencia de sintomatología ansiosa depresiva derivada de una mala gestión del trabajo, por eso, expertos recomiendan siempre administrar adecuadamente la carga laboral, sin sobre exigirse.

El Burnout tiene que ver con condiciones organizacionales y laborales, es decir, en trabajos donde hay alta demanda emocional, se produce el “síndrome del quemado” (Burnout), “la persona que sufre esto siente una desmotivación, hay despersonalización, existe un sentimiento de que no te importa el otro, que finalmente son mecanismos para defenderse y lidiar con personas o situaciones de alta demanda emocional”, ejemplifica Claudio Araya, profesor de la Escuela de Psicología.

El ritmo y sistema que envuelve a las personas en la actualidad, son factores claves para el desarrollo de estas enfermedades de salud mental. El profesor de la Escuela de Psicología, José Luis Rossi, contextualiza que “en nuestra sociedad estamos inmersos en un sistema que promueve la búsqueda constante de elevados niveles de “éxito”, principalmente en el ámbito académico, laboral y económico, lo que aumenta la probabilidad de reducir nuestra calidad de vida y la adquisición de hábitos no saludables”.

En este sentido, Mariana Bargsted, directora del área organizacional de la Escuela de Psicología, comenta que “el burnout tiene un impacto muy fuerte en la persona y su entorno personal, social y laboral. Indudablemente este es el problema más grave, además de la disminución del rendimiento y el riesgo de perder el trabajo”.

El rol de las empresas

Las condiciones laborales y los índices de inseguridad laboral son aspectos que repercuten en la salud mental de las personas, “indudablemente que existe evidencia de la precarización laboral a nivel mundial, aumento de la inseguridad laboral por los cambios tecnológicos y sociales que enfrentamos, todo lo cual puede estar incidiendo en un aumento del burnout”, indica Mariana Bargsted.

La académica agrega que las condiciones laborales, en general, están fuertemente orientadas hacia la productividad, sin entrar en consonancia con la salud y bienestar de los trabajadores, lo cual lleva a que se trabaje de manera más intensa, con menos espacios de descanso y desarrollo en otros ámbitos de la vida, en este sentido, el profesor UAI, José Luis Rossi, señala que “el afán y/o necesidad de obtener mayores remuneraciones puede facilitar el que las personas se sobrecarguen, extendiendo excesivamente la jornada y perjudicando así su bienestar”.

El rol de las organizaciones es muy relevante, ya que según indica Mariana, “la responsabilidad está en las condiciones laborales, en el desajuste entre las demandas laborales, los recursos con los que los trabajadores cuentan para lograr esas demandas, la recompensa percibida ante esas demandas y el apoyo de parte de la organización para enfrentar ese desajuste”.

Pero concretamente, ¿las empresas se hacen cargo de la salud mental de sus trabajadores?, “en la medida que el burnout se reconozca como una enfermedad asociada al trabajo, se podrán desarrollar estrategias preventivas y también de atención a quienes lo sufren, se reconocerán las licencias médicas y, se le tomará el real peso al problema que hoy podría estar afectando a más del 10% de los trabajadores a nivel mundial”, responde Mariana.

Claves para combatirlo

El panorama no es tan negativo, ya que el tema está sobre la mesa y las empresas visibilizan la problemática, Claudio Araya, académico de la Escuela de Psicología comenta que una forma de tratar el burnout es “tematizarlo a nivel organizacional, elaborar planes de acción que no sean solo puntuales en un momento específico, sino que sean planes de autocuidado, desarrollo y cuidado de las personas a través de equipos transversales en el tiempo, no solo como respuestas a eventualidades”.

El académico agrega que la sociedad hoy es demandante en términos psicológicos, ya que existen estresores más implícitos y menos claros, pero que sin duda genera mayor demanda y acceso a la información, provocando estrés en general al punto de llegar al burnout.

Para combatir la enfermedad, existen dos niveles: individual y relacional. Por una parte las personas pueden aprender estrategias para relacionarse mejor con las condiciones que trabajan y viven, “siempre hay una responsabilidad individual sobre cómo uno se toma el trabajo que tiene, cómo generar estrategias de autocuidado, sin embargo, el nivel individual no es suficiente y son necesarias las estrategias organizacionales, grupales, que sea abordado en términos sistémicos en el trabajo mismo”, acota Claudio, quien además señala que prácticas como mindfulness y deporte pueden ser estrategias para ayudar a lidiar con el estrés y el burnout.

La responsabilidad de las empresas sigue siendo importante, “no se le puede pedir a las personas que se hagan responsable de esto, ya que las instituciones deben hacerse cargo del clima y estrategias de autocuidado para los equipos y las personas”.

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