La biotecnología es una aplicación tecnológica que utiliza sistemas biológicos y organismos vivos para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos. Hoy, en la industria minera tiene un rol fundamental y otorga valor a sus procesos, con niveles operativos a gran escala y contribuciones a la producción y a la operación.

Al respecto, el académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI, Jacopo Seccatore, explica que el uso de biotecnología en la minería no es algo nuevo, pero que en los últimos años ha alcanzado mayores niveles en operación y producción, y que puede ayudar a remediar elementos que actualmente son externalidades, como estanques mineros y presas de relaves, ricos en minerales pesados o drenaje ácido y tratamiento de aguas. “Solo como un ejemplo, la biolixiviación in situ permite extraer mineral de yacimientos que no serían técnica y económicamente viables, empleando los métodos de extracción tradicionales”, señala.

La biotecnología ha significado un aporte para la industria, y existen proyectos, empresas y startups que han sido casos de éxito gracias a su implementación. Seccatore, Doctor en Ingeniería de Minas, agrega que, en los últimos años, los principales usos de biotecnologías han sido “la lixiviación en situ y el reprocesamiento de relaves, con menor incidencia en el tratamiento de drenaje ácido. Un gran ejemplo en la minería que se viene es el uso de biolixiviación a gran escala de los depósitos de litio en el norte de Chile”.

A su vez, otras ventajas y beneficios apuntan a su uso como una herramienta para impulsar la sustentabilidad en la industria, ayudando a un tratamiento más sustentable de suelos, mejor uso del agua, potencial de remover las impurezas de drenajes de las minas o de los deshechos de diversos procesos.

Jacopo Seccatore, académico de Ingeniería UAI.

Específicamente, la pequeña minería podría también verse beneficiada gracias al uso de biotecnologías, “que por un lado recuperen los poluentes (principalmente HG, As) derramados al agua y vegetación, pero también permitan aumentar su capacidad de recuperación, operando en lo que los mineros definen ‘relaves’, que la mayor parte de los casos aún son ricos en metales valiosos”, explica el académico.

Sin embargo, existen diversos desafíos en torno a la profundización de esta disciplina en el rubro minero. Uno de ellos es el tiempo que se requiere para llegar a una escala industrial, lo que incrementa la necesidad de financiamiento. Se ha avanzado en conocimiento y experiencia, pero expertos subrayan en la dificultad de escalamiento de los procesos, y en mantener a las bacterias vivas más allá del laboratorio. Otro reto tiene que ver con que la falta de exigencias ambientales para las operaciones limita también las soluciones en torno a biotecnología, ya que no hay mayor demanda.

Desde el punto de vista de la extracción y de la escasez de depósitos superficiales disponibles y el alto impacto ambiental, el académico de Ingeniería UAI señala que la biorecuperación significa un aporte para la apertura de minas superficiales.

El docente concluye que, a pesar de todos los cuidados que la minería moderna emplea para gestionar un depósito de relaves responsable y un uso, tratamiento y re-circulación del agua, “las intervenciones biotecnológicas sobre relaves y drenaje ácido permiten remediar en parte el impacto en el medio ambiente y en paralelo extraer metales y otros materiales valiosos”.