UAI es sede de encuentro de diseño escolar

La UAI, a través del Design Lab, fue sede del encuentro de diseño Design for Change -en español, Diseña el Cambio-, desafío escolar en el que participaron cerca de 160 niños y jóvenes de todo Chile, y que busca otorgar soluciones creativas a problemáticas de su entorno.

Este encuentro se enmarca en Yo Puedo, una mentalidad que impulsa Design for Change, y que busca que niños y niñas hagan realidad sus sueños por un mundo mejor, proponiendo caminos innovadores. “Vivir en carne propia sus capacidades de ser un verdadero aporte para sus comunidades, permite que se instale en ellos lo que llamamos la mentalidad YO PUEDO”, explica Catalina García, coordinadora de proyectos de Design for Change.

“El Encuentro Yo Puedo es una instancia para encontrarse entre ellos, celebrar el hecho de que el cambio es posible y que no hay que ser rico, ni grande ni poderoso para impulsarlo. Niños desde los cuatro hasta los 18 años se inspiran mutuamente en sus logros”, agrega.

En la actividad, las y los niños -que vinieron de Punta Arenas, Punitaqui, Puerto Varas, Puerto Montt, Arica, Valparaíso, La Unión, Santiago, Ñuble, entre otros- presentaron sus propuestas frente a diversas problemáticas, por medio de la innovación y la creatividad. También participaron durante toda la jornada de talleres de liderazgo y prototipado, entre otras temáticas.

Patricia Acevedo, directora académica de postgrados de la Escuela de Diseño y quien lideró la iniciativa por parte de la Universidad, comenta que los estudiantes escolares desarrollaron un proyecto con la metodología simplificada del Design Thinking para impactar en su comunidad. “Todos los grupos abordaron problemas que hoy viven y por tanto su desafío fue crear soluciones concretas, viables y factibles, desde gestionar la gran cantidad de ropa que se pierde en los establecimientos educacionales, hasta abordar problemas relacionados a animales vagabundos, temáticas hídricas, adultos mayores, entre otros. Los grupos seleccionados debieron presentar su pitch a través de un video y luego responder preguntas de un jurado”, cuenta.

“Para ellos fue maravilloso e impactante ver cómo la tecnología puede facilitar los procesos de prototipado, donde fallar rápido y barato resulta clave dentro del proceso de Design Thinking. Nada de esto sería posible si no existe un trabajo colaborativo, espíritu crítico y capacidad de cuestionar y experimentar”, agrega la académica UAI.

Catalina García destaca la gran variedad de los proyectos, tanto en términos cualitativos como de alcance. “Nuestros niños y jóvenes tienen muchos intereses y están conscientes de muchos de los desafíos que vivimos todos, quizás más que nosotros los adultos. Ellos son un excelente termómetro para medir lo que ocurre en el entorno y lo que está fallando. Algunos se enfocan en un desafío del grupo de niños o jóvenes que lo trabaja. Otros tienen impacto a nivel comunal o incluso más allá. Y todos tienen un valor significativo, especialmente para el grupo que lo lidera, porque es evidencia de que ya son agentes de cambio, no en el futuro, sino hoy”, recalca.

La idea de realizar este encuentro en la UAI, en su campus Peñalolén, surge por el perfil innovador de la Universidad, explica Catalina. “Por su perfil de innovación, de pensamiento de diseño, de carreras enfocadas en mejorar experiencias y procesos, con una infraestructura que se presta para un evento como este y con un Design Lab que sin duda es muy atractivo para los estudiantes”.

En la instancia, además de ser una plataforma para que niños y jóvenes conozcan más acerca de tecnologías e innovación, también se dio a conocer a las y los profesores de los colegio, sobre el Certificado de Educación Tecnológica y Pensamiento Computacional, programa que inicia su tercera versión en 2024 y que reúne a docentes en el acceso a conocimientos STEAM, para que a su vez ellas y ellos puedan transferirlos a sus aulas.

La coordinadora de Design for Change enfatiza especialmente en el impacto positivo que este tipo de encuentros genera en niños y jóvenes. “Los alumnos siempre se sorprenden inspirándose con historias de sus pares, los talleres y las experiencias del encuentro les da. Para ellos, desarrollar un proyecto de impacto y generar cambios, y luego ser reconocidos a nivel nacional y tener la oportunidad de celebrar los cambios generados y compartir sus experiencias en una universidad, y más aún en una universidad conocida por su espíritu innovador, y por su belleza arquitectónica, es muy impresionante”, señala.

“Que su trabajo se haga público en este contexto les potencia su sentido de orgullo y los valida como agentes de cambio. Sin duda, estos niños vuelven a sus contextos, no solo sintiéndose reconocidos, sino también con un sentido de responsabilidad porque saben que tienen el poder de generar un impacto positivo”, concluye Catalina.

En la actividad se desarrolló una actividad de LEGO Serious Play con los más pequeños, y con los mayores un tour por el Fab Lab de la Escuela de Diseño, donde pudieron conocer las máquinas que se utilizan para construir prototipos. “Revisaron materiales, objetos fabricados, programación, en otros temas”, comenta Patricia Acevedo, quien señala que todo el laboratorio llamó la atención de las y los estudiantes, “sobre todo, los brazos robóticos, las máquinas de impresión en 3D y Lab de biomateriales”.

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