Académica de Design Lab UAI es la primera chilena en ser fellow del Harvard Radcliffe Institute

Valentina Rozas-Krause, académica de la Escuela de Diseño UAI, doctora en Arquitectura por la Universidad de California, Berkeley, y destacada investigadora asociada del Centro de Inteligencia Territorial (CIT) de la Universidad Adolfo Ibáñez, fue distinguida por parte del Harvard Radcliffe Institute con el fellowship Frieda L. Miller, siendo la primera mujer chilena en lograr este hito.

El logro consiste en una beca por parte del centro, que ofrece a académicos de humanidades, ciencias, ciencias sociales y artes, así como a escritores, periodistas y otros profesionales distinguidos, una oportunidad para realizar proyectos durante un año en un entorno interdisciplinario en Harvard, específicamente en el Harvard Radcliffe Institute, uno de los centros más prestigiosos en el campo de las ciencias sociales en Estados Unidos, y uno de los principales en el mundo en exploración interdisciplinaria.

Anteriormente, solo un chileno lo había obtenido antes, Daniel Hojman, hoy presidente de BancoEstado. “Es un gran honor y privilegio”, comenta Valentina desde Estados Unidos. La investigación que la académica está desarrollando en ese país lleva por nombre “Memorials and the Cult of Apology”, y se basa en una revisión centrada en el diseño para examinar el rol simbólico y de reparación que memoriales desempeñan luego de conflictos políticos de importancia histórica.

A raíz de este análisis, Valentina está escribiendo un libro del mismo nombre y realizó recientemente una presentación de este trabajo en el Harvard Radcliffe Institute, instancia en la que abordó ejemplos de Alemania, Chile, Argentina, Estados Unidos, entre otros lugares, y donde explora la relación entre el perdón y los memoriales.

A través de sus estudios, su trabajo ha contribuido de manera significativa a la comprensión empírica y teórica de diversos aspectos relacionados con las disculpas y la memorialización. Esto incluye la investigación de las formas materiales de los memoriales, los actores involucrados en su creación y los diversos efectos que generan las disculpas construidas.

En la exposición de su trabajo, Valentina fue presentada por Claudia Rizzini, directora ejecutiva del Radcliffe Fellowship Program de la Universidad de Harvard, quien explicó que la académica UAI lleva más de una década preguntándose cómo puede disculparse un memorial. Cuando la investigadora estaba terminando su pregrado en arquitectura, ganó una competencia nacional para diseñar un memorial para las víctimas del régimen militar en Chile durante los años 70’, y que luego fue su primer trabajo como arquitecta.

El libro que Valentina está escribiendo actualmente aborda la complejidad de un memorial, mirando el efecto que las disculpas construidas pueden tener en el ambiente construido, en los actores involucrados, y en narrativas históricas.

Valentina se cuestionó por qué construir un memorial para pedir perdón. “Al igual que los gestos, los memoriales han sido invocados para hablar cuando no se pueden encontrar las palabras”, señaló. “Las disculpas son muy malas para recordar. Las disculpas inauguran nuevos comienzos, liquida cuentas históricas contenciosas, y desentraña a los responsables de sus crímenes. Su poder recae en su capacidad de anexar narrativas históricas. Los memoriales apologéticos no dejan de ser memoriales, pero su significado excede la comprensión convencional de los memoriales como recuerdo y advertencia, juzgando acciones pasadas y retratando la postura moral hacia el pasado, reconociendo la culpa y la responsabilidad colectiva”, dijo.

También abordó memoriales que desarrollan nuevas narrativas históricas arraigadas en el poder de la reconciliación y el perdón. “Por naturaleza, las disculpas son actos de habla incrustados en el presente fugaz. Carecen del potencial para perdurar sin la ayuda de la representación textual o visual. Por lo que mientras en el pasado, las disculpas se habían transmitido al futuro principalmente como palabras, dentro de nuestra cultura cada vez más estimulada visualmente, los memoriales apologéticos llenan esa necesidad de tocar, recordar y visitar las disculpas reales”, explicó.

Revisa la charla completa aquí.

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