Pagana: Replanteando las reglas del juego en la industria de la moda

29 de Enero 2021 Noticias

Isidora Azolas, Sofía Lillo y Camila Miranda son las socias fundadoras de Pagana, un emprendimiento que tiene por objetivo no solo aportar a cambiar las reglas del juego del mundo de la moda, sino que también entregarles oportunidades laborales a mujeres que viven en entornos vulnerables.

¿Cómo? A través de la reutilización textil (jeans/denim), Pagana (en instagram, paganacl) crea prendas de vestir exclusivas. Recolectan jeans en desuso -en cualquier estado- en centros de acopio o con el apoyo logístico de emprendimientos como ecotrueque. “Luego hacemos la selección y combinación de telas por producto para así marcar y cortar cada pieza. Una vez hecho esto, se envía a confección para unir y agregar los últimos detalles.”

 El diseño está a cargo de Sofía Lillo, pero la decisión final la toman las 3 socias con el apoyo del equipo de confección (compuesto por mujeres que viven en entornos vulnerables) quienes dan el feedback y evalúan la factibilidad de creación de cada producto. “Todos son únicos en colores y telas, debido a que son creados a partir de diferentes retazos de jeans.” cuentan.

Ingresos estables y dignos para mujeres que viven en entornos vulnerables

Pagana nació el 2019 dentro del Magíster de Innovación y Emprendimiento de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, que se imparte en el último año de la carrera de Ingeniería Comercial.  “El proyecto comenzó a partir de una investigación sobre la situación laboral que enfrentan las mujeres que viven en campamentos. Nos dimos cuenta de que para ellas es muy difícil acceder a una oportunidad laboral ya que el tiempo que tienen disponible para generar ingresos se encuentra interrumpido. Siendo madres, dueñas de casas y cuidadoras, enfrentan además la discriminación por el solo hecho de vivir en un campamento o toma.” cuentan  Isidora, Sofia y Camila. “Nuestro objetivo era diseñar una solución que pudiera entregarles ingresos estables y dignos en la cercanía de sus hogares”  De forma paralela, investigando sobre posibles oficios que pudieran ser desarrollados por estas mujeres se dieron cuenta que la industria de la moda es altamente contaminante. Según información de la Fundación Ellen MacArthur, menos del 1% de la ropa en desuso se reutiliza para crear nuevos productos. “Aquí es donde decidimos tomar estos dos escenarios y transformarlos en una oportunidad.” 

Destacando en el ecosistema emprendedor

En el poco tiempo de vida que tiene Pagana, ya han destacado en el mundo del emprendimiento: “En 2019 estuvimos dentro de los 100 mejores proyectos de Jump Chile, concurso organizado por la PUC para estudiantes y que tiene un alcance a nivel nacional. Ese mismo año obtuvimos también el 1er lugar en EmprendeXChile, enfocado en resolver problemáticas sociales organizado por la ONG LabSocial. Y en 2020 obtuvimos el 2do lugar en Providencia Circular, un programa organizado por Hub Providencia que tenía como objetivo entregar herramientas para potenciar la circularidad y sostenibilidad en los proyectos” dicen, agregando que ellas ven la sustentabilidad en los negocios como una responsabilidad. “Creemos que se pueden hacer cambios estructurales al incorporar en la ecuación los ámbitos social y ambiental, a la vez que nos permite formular un propósito más profundo que se conecta con nuestras motivaciones personales.”  Eso les permite soñar con convertirse en un referente en la industria de la moda local, aportando con un enfoque sostenible desde el punto de vista de concientizar y educar. “Lo anterior en relación a las problemáticas que ponemos sobre la mesa, como la importancia del diseño circular, la materialidad de las prendas y comercio justo, entre otros. Buscamos entregar información valiosa a nuestros clientes y comunidad en redes sociales para que así logren tomar decisiones de consumo más conscientes y responsables.”

Sobre el Magíster en Innovación y Emprendimiento de la Escuela de Negocios UAI, dicen que no solo les dio la oportunidad de conocerse y conformar el equipo de trabajo, sino que además “el trabajo de pitch desde el primer día de clases y sus múltiples instancias de evaluación y feedback nos permitieron desarrollar el desplante necesario para dar a conocer el proyecto y mejorar su definición. Además, el programa en general nos acercó al ecosistema de innovación y nos permitió vivir el emprendimiento desde diversas áreas relevantes.” 

 

 

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