Los desafíos futuros de las neurociencias cognitivas

19 de Octubre 2022 Noticias

La mente ha sido tradicionalmente concebida como un conjunto de elementos cognitivos diferenciados y compartimentados, sin embargo, comprender la cognición naturalista cotidiana en la salud y la enfermedad del cerebro implica grandes desafíos. ¿Cómo se pueden extender los enfoques convencionales a la cognición en la naturaleza? Agustín Ibáñez, publicó en Trends in Cognitive Sciences -la revista más importante de las ciencias cognitivas- propuestas de giros pragmáticos, metodológicos, patológicos y teóricos para el desarrollo científico futuro.

En entrevista, el experto y Director del Brainlat UAI, Agustín Ibáñez, comparte su perspectiva en torno al desarrollo y el futuro de la disciplina:

  • ¿Cuál fue tu motivación para escribir este ensayo sobre el futuro de las ciencias y neurociencias cognitivas?

La mente ha sido tradicionalmente concebida como un conjunto de elementos cognitivos diferenciados y separados (ej., atención, memoria, emociones). Sin embargo, comprender la cognición como ocurre de forma natural y cotidiana, en la salud y la enfermedad del cerebro implica grandes desafíos que van mucho más allá de nuestros modelos actuales. Tuve la suerte de ser invitado para brindar mi perspectiva, en la que propuse cuatro giros para el desarrollo científico futuro de las próximas décadas.

  • ¿Cuáles son los problemas de las ciencias cognitivas actuales y las neurociencias a la hora de entender la mente?

Desde sus inicios filosóficos, pasando por la cibernética, la revolución cognitiva, y las neurociencias, las ciencias cognitivas desarrollaron una poderosa heurística: divide la cognición y conquista la mente. La mente ha sido concebida como un conjunto de elementos cognitivos específicos, compartimentados, cosificados. Incluso los desarrollos teóricos posteriores (por ejemplo, el embodiment, o la cognición extendida, activa, distribuida y situada) y los enfoques multinivel, aunque fortalecieron nuestra comprensión de la emoción, la interacción social, el cuerpo y el contexto, siguieron dividiendo la mente.

La jaula de oro de la ciencia cognitiva consiste en que ha progresado domesticando la cognición, un enfoque que asume la mente como un conjunto de mecanismos independientes. En la mayoría de los experimentos, los participantes están expuestos pasivamente a estímulos fijos. Uno o dos procesos cognitivos se evalúan a través de una o dos modalidades, con un control estricto sobre las tareas y el comportamiento de los participantes. Esto proporciona correlaciones precisas para fragmentos de elementos descompuestos metódicamente, como rostros sin cuerpo, palabras independientes de la situación o interacciones ciegas a la intención. La mayoría de las teorías contemporáneas se basan en aplicaciones de este enfoque analítico. Somo ciegos a creatividad sinérgica de nuestros procesos mentales.

Aunque hemos acumulado un enorme conocimiento sobre fenómenos segregados que pocas veces se manifiestan como tales fuera del laboratorio, este éxito se ha convertido en una jaula de oro. La cognición domesticada ha proporcionado información sobre fragmentos de la mente, pero plantea desafíos para comprender la cognición en la vida cotidiana.

Imagina una discusión con tus padres, y focaliza tu actividad interna: probablemente observes que usas una combinación de múltiples procesos: atención audiovisual, procesamiento sensoriomotor, memoria, comprensión/producción del lenguaje, imaginación, reconocimiento de cuerpo/rostro, interocepción y mentalización, entro otros. Aunque podamos disecar y aislar cada uno de esos elementos cognitivos en el laboratorio, esto no ocurre así en la cognición salvaje (cognición de la vida cotidiana, como el caso del ejemplo de la discusión). Esta difiere críticamente de la cognición domesticada.

  • En el artículo mencionas que, si no cambiamos este enfoque, las ciencias cognitivas corren el riesgo de acumular conocimientos que no capturarán la cognición naturalista. ¿Cómo se pueden superar los límites de la mente domesticada para acceder a la cognición salvaje?

En breve, propongo cuatro giros o cambios, progresivos y simultáneos, a lo largo de las próximas décadas.

Un primer giro (pragmático) es modesto y consiste en conectar mejor los resultados del laboratorio con la cognición salvaje. Esto requiere expandir los procesos clásicos de validación interna (control de estímulo, condiciones, factores de confusión) hacia su uso para predecir la cognición salvaje. La confirmación externa a través de doble validación (en el laboratorio y en el campo) resulta crucial. Los científicos nos hemos acostumbrado a trabajar dentro de las parades de nuestros laboratorios, pero debemos salir de safari para explorar la cognición salvaje. Los resultados controlados (ej., diferentes experimentos sobre el rendimiento de la memoria de trabajo) se pueden utilizar para predecir el rendimiento en entornos naturalistas (ej., multitarea durante las interacciones cotidianas). Se necesitan diseños que combinen experimentos controlados y naturalistas para evaluar las diferencias individuales y contextuales, y para estimar la generalización desde escenarios controlados a situaciones ecológicas u naturales.

Un segundo giro refiere a como hemos entendido las enfermedades del cerebro. Necesitamos desarrollar enfoques dimensionales (transdiagnósticos) de las enfermedades cerebrales. Déficits cognitivos similares existen en muchas enfermedades, más allá de sus límites conceptuales. Las enfermedades cerebrales no solo tienen componentes transdiagnósticos, sino transcognitivos, los cuales demandan cambios sustanciales en nuestra compresión de los mecanismos fisiopatológicos.

El tercer giro es metodológico, y consiste en diseñar y medir tareas que se asemejan a la cognición cotidiana. Diferentes métodos han comenzado a evitar el uso de estímulos artificiales repetitivos y escenarios demasiado simplificados (análisis del habla espontanea, medidas cerebrales multisensoriales o de individuos que interactúan, diseños de datos a gran escala de ciencia ciudadana utilizando entornos naturalistas, realidad virtual). Los desarrollos técnicos como el aprendizaje automático de datos multivariados, la decodificación de acciones naturalistas o el análisis de redes autoorganizadas ayudarán a abordar progresivamente fenómenos cognitivos más ecológicos. Las tecnologías portátiles, remotas y de múltiples fuentes, y la cognición digital pueden brindar una mejor comprensión de la cognición de la vida cotidiana.

El ultimo giro es filosófico, necesitamos mucha más teorización y transdisciplina. Debemos poner el foco en las sinergias de nuestra mente, entendiendo las categorías cognitivas como procesos transitorios, dinámicos y anticipatorios formados por la articulación de procesos neuronales, corporales y ambientales. Esto requiere ir más allá de los actuales enfoques corporizados y situados (ej: embodied cognition). Aunque actualmente es un desafío, la teorización futura debe focalizarse en las sinergias de múltiples procesos (cognitivos, emocionales, sociales y sensoriomotoras). El modelado dinámico de la autoorganización cerebral y de la conducta puede ser un buen punto de partida. La autoorganización de múltiples procesos cognitivos durante tareas naturalistas se puede estudiar con modelos dinámicos globales.

 Finalmente, para avanzar hacia una ciencia de la cognición más ecológica, necesitamos desdibujar los límites de muchas disciplinas. Los enfoques transdisciplinarios combaten la compartimentación académica y pueden conducir a conocimientos más holísticos sobre la mente. La revolución cognitiva desarrolló tal enfoque, aunque basado en la metáfora de la mente como una computadora. Un enfoque transdisciplinario basado en la cognición salvaje puede generar un gran progreso.

  • ¿Cuán lejos crees que estamos de poder conquistar la cognición salvaje con las ciencias cognitivas y las neurociencias?

Aunque algunos de los giros ya han comenzado en ciertas áreas, un cambio sistemático hacia la cognición naturalista, puede llevar muchas décadas. Pero lo importante es iniciar los cambios, ayudando a la ciencia a trascender la jaula de oro de la mente.

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