Por profesor Héctor Madrid

La divagación mental es un proceso psicológico en que nos perdemos en nuestros pensamientos y dejamos de prestar atención a las tareas que estamos realizando.

Piensa cuando estás leyendo un libro y si bien estás pasando por sobre el texto, realmente no estás prestando atención a ello y tu mente está fluyendo a través de ideas desconectadas con la lectura. Lo mismo aplica a cuando estás viendo una serie e incluso al manejar tu auto de un lado a otro.

En términos de contenidos, la divagación mental puede estar relacionada con ideas que nos permiten solucionar las dificultades que estamos enfrentando en nuestras vidas, la que se denomina “divagación orientada a los problemas”. Pero la divagación también puede ser acerca de situaciones que difícilmente, o bien nunca, podrían ocurrir en la realidad, la cual se describe como “divagación bizarra”.

Las investigaciones indican que un 50% del día estamos divagando, lo cual es una gran cantidad de tiempo, por lo que los psicólogos nos hemos preguntado acerca de las razones y valor de este fenómeno psicológico.

En general, la divagación ha sido descrita como un proceso que tiene efectos negativos en diversos tipos de tareas, especialmente en aquellas que requieren de una alta concentración. En cuanto a su origen, la hipótesis que genera más acuerdo propone que la divagación mental es una forma de escape ante eventos o tareas que son altamente demandantes, estresantes y eventualmente agotadores.

A partir de ello, en nuestro equipo de investigación dedicado al comportamiento organizacional nos propusimos determinar las consecuencias y antecedentes de la divagación mental en las organizaciones.

En las investigaciones clásicas en este campo del conocimiento, la divagación es vista como una conducta contra-productiva que disminuye el desempeño laboral e incluso puede conllevar peligros en ciertos trabajos operativos que son sensibles a condiciones de seguridad. Sin embargo, nosotros nos preguntamos ¿tendrá la divagación mental efectos positivos no apreciados entre los profesionales del conocimiento llamados a realizar su trabajo con creatividad e innovación? ¿Serán las tareas de alta complejidad y presión psicológica las que se asocien a la divagación mental y a la creatividad de estos profesionales?

Metodología y Resultados

Para responder a estas preguntas, realizamos 2 estudios independientes. En el primero, una muestra de 169 profesionales de diversas ocupaciones y organizaciones en Chile, reclutados a través de redes sociales, reportaron las exigencias y presiones de sus tareas, su divagación mental, y los pensamientos creativos que tuvieron diariamente, durante un periodo de una semana de trabajo. Los análisis de sus respuestas señalaron que la necesidad de realizar tareas altamente exigentes se relacionó positivamente con ambas formas de divagación, la bizarra y la de orientación a los problemas. Sin embargo, sólo esta última se relacionó positivamente con los pensamientos creativos que cada uno de los profesionales tuvo de forma diaria.

El segundo estudio se aplicó con profesionales de 3 consultoras de servicios tecnológicos que operan en Chile. En este, 117 profesionales reportaron la medida en que ellos realizan tareas complejas y psicológicamente exigentes en su organización, junto con la frecuencia en que divagan en el lugar de trabajo. Paralelamente, los líderes directos de estos profesionales señalaron en qué medida estos últimos se caracterizan por ser creativos en el trabajo. Los resultados replicaron los hallazgos del estudio anterior, pero además se observó que la relación positiva entre la divagación orientada a los problemas y la creatividad es especialmente fuerte para los profesionales altamente identificados con su trabajo.

Es decir, cuando el tipo de trabajo que se realiza es un componente central de la definición que la persona tiene de sí mismo, su divagación se capitaliza en una mayor creatividad en la organización.

Conclusiones

La divagación mental es parte sustantiva de nuestro día a día, más de lo que nos imaginamos. Consistente con las investigaciones pasadas, nuestro estudio indica que esta ocurre particularmente en contexto laborales de alta exigencia psicológica, de modo que al divagar escapamos temporalmente de la presión. Como resultado, cuando le damos curso libre a nuestros pensamientos aumenta la probabilidad se pensar de forma no convencional y desarrollar soluciones creativas.

Así, en el mundo de los profesionales del conocimiento la divagación mental no es necesariamente un problema y, de hecho, tiene beneficios organizacionales que no habían sido apreciados hasta la realización de este estudio. Esto nos lleva a sugerir a los líderes en el trabajo a no necesariamente penalizar a los profesionales que están divagando, porque ello/as podrían estar incubando un cambio que podría impactar positivamente a la organización.

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