Javiera Bustos: la ingeniera UAI que acerca la tecnología a comunidades vulnerables

1 de Diciembre 2022 Noticias

Javiera Bustos (24 años) siempre estudió en colegios municipales. De padres profesores, creció escuchando y entendiendo las problemáticas de la educación pública en Chile. Estando en cuarto año de ingeniería en la Universidad Adolfo Ibáñez, en plena pandemia por Covid-19, Javiera escuchó una conversación entre su mamá y una compañera de trabajo, quien además es amiga y en la que ambas lamentaban el acceso a Internet y a la tecnología en sí en estudiantes de sectores vulnerables. En ese momento, sintió la necesidad de utilizar sus oportunidades y conocimientos para ser un agente de cambio.

“Le comenté a algunos compañeros de la facultad y nos propusimos trabajar en buscar una solución”, explica Javiera. “Partimos creando un computador de bajo costo con material de estudio, proyecto que no tuvo mucho impacto, ya que no era escalable”.

Sin embargo, las ideas no acabaron ahí: “Continuamos en la misma línea, pero enfocándonos en programación, dictando talleres impartidos por estudiantes de ingeniería a estudiantes de colegios municipales”.

Así nació la Fundación Cubo Educativo. Una iniciativa que busca acercar la tecnología a comunidades y personas que no tienen las oportunidades de acceder a ella, y que comenzó como un proyecto de Javiera, actual directora, junto con Daniel Taiba, Javier Zuazagoitia y Gabriel Pérez.  “Nuestra misión es contribuir al desarrollo de niños y niñas, mejorando la educación latinoamericana a través de la tecnología”, asegura Javiera. 

Hoy, Cubo Educativo ha alcanzado a más de 300 estudiantes. La iniciativa “{Yo_Programo}”, que enseña programación en Scratch de manera 100% gratuita y online a estudiantes entre 9 y 13 años, ya se encuentra en su cuarta versión.

Como parte de su trayectoria laboral, Javiera ha sido también ingeniera de datos en Copec, coordinadora de proyectos de Vinculación con el Medio de la Facultad de Ingeniería y Ciencias (FIC) UAI y  data analyst en Walmart.

“En mi paso por la industria tecnológica aprendí mucho sobre herramientas complejas y analítica, sin embargo, en empresas grandes es muy difícil medir y visualizar el impacto de nuestro trabajo”, explica Javiera. “Cuando trabajas con comunidades, en proyectos que impactan directamente la vida de las personas, todo el trabajo realizado se ve reflejado en la percepción de los beneficiarios y beneficiarias, es algo impagable”.

El aporte de Ingeniería UAI en la vocación

¿De qué manera tu paso por la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI te ayudó a trabajar con este foco social?

Primero, el conocer otra realidad, aprender cómo funcionan las cosas fuera de mi contexto y sacarle provecho a la educación que tuve el privilegio de recibir. Segundo, hubo un ramo donde trabajamos directamente con comunidades en Renca, conocimos en primera persona sus problemas y escuchamos sus historias. Ahí me di cuenta de que como ingenieros/as podemos ayudar a resolver problemas que muchas veces son triviales para nosotros, pero que en ciertas comunidades son complejos y costosos de resolver.

¿Qué mensaje les entregarías a los/as futuros/as ingenieros/as de Ingeniería UAI y del país con respecto a la labor social?

Que usemos nuestro conocimiento, posición social y fuerzas en proyectos que generen impacto positivo en nuestras comunidades. Escuchemos y observemos con más detalle lo que nos rodea, y creemos soluciones que busquen devolver la dignidad a las personas. Tenemos todas las capacidades y oportunidades para hacerlo, solo hace falta dar el primer paso.

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