Hoy, como cada segundo viernes de agosto desde 2002, se conmemora el Día Interamericano de la Calidad del Aire, con el objetivo de sensibilizar a la población sobre el gran problema que representa la contaminación del aire y sus graves impactos en nuestra salud y calidad de vida.

Esta fecha nos recuerda la importancia para la vida del aire que respiramos: está demostrada la relación entre la contaminación del aire y los infartos cerebrales, enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón, enfermedades respiratorias agudas o crónicas como el asma, dolor de cabeza, mareo, irritación de ojos y según la Organización Mundial de la Salud, también es un factor de riesgo para la diabetes, entre muchas otras patologías.

A propósito de esta conmemoración, el académico de la Escuela de Negocios UAI, José Luis Opazo, explica las causas de la contaminación atmosférica y cómo es posible reducirla.

“La contaminación del aire proviene principalmente de tres grandes fuentes. Industrias, que para sus procesos queman combustibles que emiten diferentes tipos de contaminantes que son dañinos para la salud. Esto en particular ocurre en las llamadas zonas de sacrificio, como Quintero, Puchuncaví, Coronel, Tal Tal, entre otras: polos industriales que generan mucha contaminación”, afirma.

“La segunda fuente es el transporte: los autos, los camiones, los buses, etc. También el movimiento del transporte levanta polvo, material particulado que contribuye a la contaminación. Finalmente está la contaminación domiciliaria, que se produce por la quema de combustible, en particular de leña que generalmente no está bien seca”, agrega.

– ¿Qué pueden hacer las empresas y los consumidores al respecto?

– Las empresas pueden ir migrando hacia combustibles o procesos más limpios, ir electrificando los procesos. Otro aspecto es aumentar la regulación sobre las normas de calidad y normas de emisión. Las compañías deben ir cumpliendo estándares más estrictos, lo que significa invertir en tecnología.

Por su parte, todos nosotros podemos contribuir a disminuir las emisiones, moderando o evitando el uso de transporte privado y prefiriendo el público. Y en cuanto a la calefacción, hay que migrar a tecnologías más eficientes como la eléctrica. Como ciudadanos, también debemos cumplir con la regulación.