Los cambios que enfrentamos como sociedad, no sólo producto de la pandemia, sino que en la vida de cada uno, repercute en la forma en que vemos la vida, decidimos vivirla y sobre todo, nos relacionamos con los demás. En esta línea, el académico de la Escuela de Psicología y Director del Curso Desde el Mindfulness a la Humanidad Compartida, Claudio Araya, explora algunas ideas para conectar con el presente, en un contexto que parece difícil lograrlo.

Mindfulness. La práctica de tomar conciencia, el curso que dirige el académico invita a considerar la relevancia que tiene el detenernos y observar nuestra experiencia, en este sentido, “ponemos énfasis en que es una práctica cotidiana, relacional y con una mente corporeizada”, indica Araya.

Compasión y autocompasión. El académico invita a elegir relacionarnos con los demás de un modo comprensivo, viendo al otro, no solo como una extensión de nosotros, sino como personas valiosas e irrepetibles, “luego la autocompasión, se trata de elegir un modo de relación comprensivo con nuestra experiencia, como una respuesta a la autocrítica y a la autoexigencia”, agrega.

Este cultivar un modo de relación más comprensivo y cuidadoso (de nosotros y los demás) nos lleva a la humanidad compartida, entendido como el reconocimiento que compartimos una experiencia común con los demás, que nos permite resonar y empatizar. “La humanidad compartida es un antídoto a la soledad y al aislamiento, nuestra experiencia nunca es solo a nosotros”, explica Claudio Araya, quien agrega que tomar esta perspectiva apela a vernos no desde la óptica individualista, sino a ser parte de una red más amplia, la interdependencia. Y lo más concreto es que tanto el mindfulness, como la compasión, autocompasión y humanidad compartida puede practicar y entrenar, esa justamente es la invitación del experto.