Una propuesta para la Estación Barón

10 de Enero 2018 Columnas

Esta semana la Corte Suprema declaró ilegal el permiso de edificación del Mall Plaza Barón de Valparaíso, apoyando, a través de esta decisión, la postura que ha manifestado el alcalde Jorge Sharp.

La decisión de la Corte Suprema puede ser una oportunidad para pensar en una obra que genere consenso a nivel regional y nacional. El ex presidente Ricardo Lagos, en su última visita pública del año 2017, recordó que, cuando era ministro, le advirtieron que una cadena de supermercados quería ocupar la abandonada estación Mapocho como una gran bodega, frente a lo cual solicitó la intervención del Gobierno y, gracias a esto, su transformación en un centro cultural.

Independiente de cuál haya sido el verdadero rol de Lagos en esta gestión, una década después de su inauguración, el Centro Cultural Estación Mapocho fue sede de la cena oficial del Foro de Cooperación del Asia Pacífico (APEC) que reunió a los máximos mandatarios de estos países y que será recordado por el incidente entre carabineros y uno de los funcionarios de la guardia personal del Presidente George W. Bush, a quien se le prohibió el paso.

Próxima a cumplir 25 años como centro cultural, la antigua estación de ferrocarriles, edificada como parte de las obras con que se celebró el centenario de la independencia, ha sido sede de múltiples eventos, siendo algunos ya icónicos, como la Feria Internacional del Libro de Santiago.

El edificio, diseñado por el arquitecto chileno Emilio Jéquier, y que dejó de recibir trenes hace tres décadas, hoy es un centro cultural que funciona como una estación de ideas, donde miles de visitantes, como ocurría a inicios del siglo XX, llegan para transportarse en la ruta de la cultura. Después de un par de décadas, nadie podría objetar que la metamorfosis fue la correcta y que el país puede sentirse orgulloso de haber preservado este patrimonio.

A partir de esta experiencia, el mismo ex presidente Lagos sugirió que la bodega Simón Bolívar siguiera un camino similar al de la Estación Mapocho. Esto no se trata de una cruzada contra los malls o el capitalismo, por el contrario, Valparaíso necesita un centro comercial que no obligue a sus habitantes a trasladarse a Viña del Mar, pero en un espacio que no afecte el entorno y, de esta forma, aprovechar la actual bodega como un gran centro de convenciones de primer nivel.

La región cuenta con cerca de una veintena de instituciones de educación superior, un festival de Puerto de Ideas y otras actividades que requieren un lugar que sea un complemento del Parque Cultural Valparaíso, donde antes estaba ubicada la cárcel.

En especial, porque la Estación Barón y la bodega Simón Bolívar son un ícono en la historia de la ciudad. Desde esta estación partió la construcción de la línea de ferrocarril que uniría Valparaíso con Santiago a mediados del siglo XIX. Un espacio donde terminaba el Estero de las Delicias y que era estratégico como lugar de conexión entre los pasajeros y como lugar de desembarque para el carbón que abastecía las máquinas. 120 años después, se edificó la bodega para guardar salitre y carbón, en tanto, en un periodo en que el país buscaba la fórmula para escapar de la crisis de 1929.

La posibilidad de que la bodega Simón Bolívar se transforme en un centro de convenciones de primer nivel coincide con un momento coyuntural. Una serie de representantes de las fuerzas vivas de esta ciudad, incentivados por El Mercurio de Valparaíso, han manifestado la intención de que la región sea sede de la próxima cumbre de la APEC. ¿Por qué no soñar con que este espacio sea sede de la cena que celebre el vigésimo aniversario de esta cumbre como sucedió el 2004 con la Estación Mapocho? Es una posibilidad. Lo que no puede suceder es que siga pasando el tiempo y nos mantengamos entrampados en una disputa legal, mientras el patrimonio se cae a pedazos.

Publicado en El Mercurio de Valparaíso.

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