La construcción del camino entre Viña del Mar y Concón se hizo siguiendo los estándares de los países más desarrollados.

El verano se acaba, pero todavía se puede observar algunos turistas, especialmente argentinos, disfrutando las postrimerías de las vacaciones. En este contexto, vale la pena hacer una última consideración sobre el desarrollo turístico de Viña del Mar y que tiene directa relación con la ruta que la une a Concón. El historiador Rodrigo Booth, quien ha investigado este proceso en diversos estudios, asegura que este fue el primer camino prioritariamente turístico construido en Chile. Hasta esta construcción, los diseños de las rutas no consideraban el tráfico de turistas, ya que los viajes tenían principalmente un uso productivo. Los caminos estaban destinados al traslado de personas, uso de comerciantes y agricultores y no poseían un fin en sí mismo, sino que se limitaban a ser un medio de conexión entre un pueblo y otro.

Los primeros estudios de factibilidad para acceder desde Viña del Mar a Concón se hicieron cuando hubo que definir una ruta para el ferrocarril que unirá Valparaíso y Santiago. Una de las opciones que se barajó fue el paso del tren por Concón, pero terminó siendo desechada.

Tuvieron que transcurrir algunas décadas para volver a pensar en abrir una brecha entre Viña del Mar y Concón que fuese, esta vez, destinada para los flamantes automóviles que ahora comenzaban a circular por el país, siendo uno de sus gestores el ingeniero Enrique Dublé.

Uno de los grandes hitos de esta ruta se produjo hace cien años, cuando se ejecutó la destrucción de la Roca Oceánica, efectuada nada menos que por el propio Presiden te Juan Luis San fuentes desde La Moneda, a n aves de un dispositivo electrónico que fue operado calcográficamente. Más que instalar una primera piedra, había que desunirla.

Gracias a esta acción, se abrió un camino de 15 kilómetros de extensión que, al ubicare entre dunas, roquerios y acantilados, lo hacía angosto y peligroso. Las deficiencias se subsanaban limitando la velocidad a 10 kilómetros en las cui*vas y haciendo sonar la bocina en aquellas que resultaban más peligrosas.

Uno de los aspectos novedosos de esta ruta costera, apunta Booth, fue la limitante a vehículos de carga cuando aumentaba el flujo de paseantes, reforzando la vocación turística en una etapa en que los caminos tenían un fin práctico. Asimismo, el cobro de un peaje a cargo de la Asociación de Automovilistas de Viña del Mar, recursos que estaban destinados a las mejoras que necesitaba esta vía.

Esto se mantuvo hasta que las marejadas destruyeron algunos de los puentes de madera que la conectaban, lo que obligó a rediseñar la ruta siguiendo los estándares internacionales, que combinaban la experiencia del manejo seguro con el disfrute del entorno Otro de los hitos en su mejoramiento fue la edificación del puente Los Piqueros, construido sobre dos grandes rocas y que el Presidente Emiliano Figueroa inauguró siendo el primero en cruzarlo en automóvil en 1926.

A pesar de este avance, arreglar el camino de forma completa implicaba un alto costo y la oportunidad para conseguirlo se logró gracias a Cal los Ibáñez del Campo quien tuvo un marcado interés por el desarrollo turístico de Viña del Mar.

La construcción del camino entre Viña del Mar y Concón se hizo siguiendo los estándares de los países más desarrollados. A lo largo de la costa viñamarina, dice Booth, fue usual observar en acción máquinas excavadoras a vapor, tractores eléctricos con bull-dozer, cintas transportadoras mecánicas, entre otras novedades que implicaron, además, la contratación de 500jornaleros durante dos años.

A modo de conclusión, se trató de la primera obra de ingeniería que conformó en sí mismo un paisaje turístico. En especial, destaca Booth, gracias al cuidado de los constructores por respetar el entorno, elaborando puentes desarenadores que permitían preservar la forma de las dunas. Muy lejos de este ideal, este camino daría paso, décadas más tarde, a la elaboración de enormes proyectos inmobiliarios que terminaron por desfigurar las particularidades naturales de este camino hasta convertirlo en un mero esbozo de lo que constituyó en su momento, una experiencia en sí misma celebrada por la prensa nacional y extranjera.