La niña bonita

9 de Abril 2017 Columnas Noticias

Nuevamente la Región de Valparaíso se transforma en la niña bonita de las elecciones senatoriales. Sucedió también el 2009, con el enfrentamiento entre los dos candidatos de la -en ese entonces- Alianza (hoy Chile Vamos), Francisco Chahuán y Joaquín Lavín en el marco de un sistema binominal que -se presumía- dejaría a uno de los dos fuera de batalla.

Algo similar ocurría en la entonces Concertación, con el exministro Ricardo Lagos Weber, que disputaba el cupo con el otrora caudillo por Valparaíso, el DC Hernán Pinto, como compañero de lista. Fue una campaña infartante, durante varios meses, pero mucho más durante las últimas horas en espera de los resultados con un fantasma del doblaje de la derecha presente en todo momento.

Ocho años después la intensidad del panorama se repite. Ahora eso sí, con un sistema electoral nuevo (este será el debut del “proporcional mejorado”), que no permite augurar a ciencia cierta qué sucederá. Y con los partidos, en buen chileno, tirando toda la carne a la parrilla.

El nuevo sistema cambiará la forma en que se definirá a los elegidos (ahora competirán en listas, por lo que todos los postulantes deben lograr la mayor cantidad de sufragios para aportar a su grupo, pero además, deben intentar ser los más votados).

El flamante método termina también con la división entre la Quinta Región Costa y Cordillera, convirtiéndolas en una sola gran circunscripción, en la que ya no serán cuatro, sino cinco senadores.

Los actuales representantes de la zona en la Cámara Alta se medirán nuevamente para intentar mantener sus escaños. Ricardo Lagos Weber (PPD), Ignacio Walker (DC), Lily Pérez (Amplitud) y Francisco Chahuán (RN) partieron de la base de que “el que tiene mantiene” y esperan quedarse por otros ocho años. Para ello deberán intentar multiplicar la votación que obtuvieron en 2009 a una circunscripción que tendrá mucho más territorio que recorrer y votantes que convencer.

A ellos se sumarán, por lo bajo, cinco candidatos más (todavía falta saber cómo se conformarán las listas): los actuales diputados Andrea Molina (UDI) y Marco Antonio Núñez (PPD), junto a la senadora por Atacama, Isabel Allende; Jorge Errázuriz (Ciudadanos), un representante del Frente Amplio y, probablemente, alguien del PC. Caras nuevas y, en algunos casos, renovación generacional que podrían poner cuesta arriba las pretensiones de los actuales representantes regionales.

Algunas de las batallas se prevén épicas, como la de Lily Pérez y Andrea Molina en la derecha -además con Isabel Allende desde el oficialismo-, en una guerra que probablemente será sin tregua ni cuartel. Mientras, desde la “bancada masculina” habrá que esperar a ver cómo se relacionarán los dos pepedé en disputa y la DC revitalizada con la postulación de Carolina Goic a La Moneda.

Las caras nuevas, como el empresario Jorge Errázuriz, le pondrán “pimienta” al debate y, además, permiten pensar en la posibilidad de que se repita el fenómeno de Jorge Sharp: ¿será posible que nuevamente un “outsider”, fuera de las coaliciones tradicionales convoque a la ciudadanía mayoritartamente? La misión -tanto de los que defienden su puesto como de los desafiantes- no será fácil. En primer lugar, porque esta será la primera definición parlamentaria con voto voluntario en la región en un escenario en que, durante la pasada municipal, la mayor parte de las comunas obtuvo niveles de abstención históricos, cercanos al 70%.

A ello se suma una ciudadanía que ha cambiado, que no sólo no quiere ir a votar, sino que además no cree en lo que se le promete y no confía ni en el gobierno ni en la oposición. Basta ver la última Adimark, donde menos de un 20% aprueba la forma en que Chile Vamos y la Nueva Mayoría están haciendo su trabajo.

Para convencerlos, los que defienden su puesto deberán demostrar que el trabajo que hicieron durante su periodo fue beneficioso para la región. Y los desafiantes deberán acudir a algo más que la “novedad”.

Pero además, como lo dijo Errázuriz esta semana, deberán dejar atrás la tradicional división entre izquierda y derecha, y concentrarse en un público objetivo que está precisamente en ese 70% de “huérfanos” del plebiscito del ’89. Aquellos a los que ya no les interesa el “Sí” ni el “No”.

Aunque aún falten siete meses para los comicios, la competencia ya comenzó y las actividades políticas de los candidatos en la región ya están “mode on”. Faltan aún definiciones, pero que los ojos estarán centrados en Valparaíso, no cabe duda.

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