Zapatillas de clavo

23 de Septiembre 2019 Columnas

El dicho popular dice que cuando alguien está apurado por partir hacia algún lugar, está con las “zapatillas de clavo” puestas, haciendo una comparación con el calzado que utilizan los atletas que se dedican a correr.

Algo así sucede hoy con quienes tienen intención de postular a la primera elección de gobernadores regionales, en octubre de 2020, y que –por ley- deben renunciar un año antes si ostentan un cargo político, como es el caso de los actuales intendentes.

Si bien para aquello falta todavía más de un mes –la salida debe materializarse antes del 25 de octubre-, lo cierto es que varios parecen tener ya las zapatillas de clavo puestas y la mente instalada en lo que sucederá en un año más, partiendo por el propio intendente actual, Jorge Martínez, junto a una larga lista de personajes, aunque varios de ellos hoy no tienen ningún cargo de responsabilidad. Nombres como el de la exdiputada Andrea Molina (UDI), la excandidata presidencial, Beatriz Sánchez (FA) o el exintendente, Raúl Celis (RN), suenan fuerte.

El debate de a poco ha ido tomando forma, tanto respecto de los posibles candidatos, como de la manera en que los partidos se pondrán de acuerdo para tomar decisiones. Encuestas, primarias o incluso la posibilidad de utilizar la segunda vuelta como método de resolución de conflictos, están en la palestra. Todo esto pensando en una elección para la que aún falta un año y un cargo que ni siquiera tiene todavía competencias y recursos claros (vale la pena recordar que el Congreso aún está al debe en esta materia, pese a que la definición está a la vuelta de la esquina).

Mientras los partidos aclaran cómo y quiénes estarán en la papeleta a gobernador regional, en la otra vereda están los atletas en la banca: los que pretenden reemplazar a quienes hoy ostentan el cargo y tomar la posta. Así, corriendo por los palos, han comenzado a aparecer nombres como los de la actual seremi de Bienes Nacionales, Rosario Pérez (RN); la jefa de la Unidad Regional de la Subdere, Susanne Spichiger (Ind. y exmilitante RN); la jefa de gabinete de Jorge Martínez, María Angélica Silva (UDI), y el actual seremi de Energía, Gonzalo Le Dantec (Ind. cercano a Evópoli).

Las fichas se están moviendo, los partidos empiezan a ver cómo tomar decisiones y los candidatos, a uno u otro cargo, están atentos a cualquier maniobra. Lo que no queda claro es quién está hoy realmente interesado en lo que sucede ahora en la región, quién se encuentra en condiciones de tomar decisiones, en una zona que no lo está pasando bien. Quién mira el presente de Valparaíso y no tiene los ojos puestos en lo que sucederá en un año más.

En esa línea, es relevante entender que lo que está en juego hoy –al menos pensando en quién se hará cargo de la intendencia en reemplazo de Martínez, si, tal como se ha adelantado, resuelve renunciar para postular a la gobernación regional- es la búsqueda de un perfil competente para hacerse cargo de un puesto que no tiene mucho de entretención, pero sí una larga lista de pendientes.

Quien asuma la intendencia en reemplazo de Martínez debe ser, en efecto, alguien capaz. No tiene relevancia si es hombre o mujer. Pero debe ser alguien proactivo, con buenas relaciones a nivel político y social, y que esté capacitado para liderar una región que no está en el mejor de sus momentos: es la segunda a nivel nacional en cifras de desempleo; acaba de ser declarada en situación de emergencia por la sequía que la afecta brutalmente, tiene altas tasas de delincuencia y pobreza, además de contar con condiciones medioambientales complejas. No solo por la falta de agua, sino además por las dificultades de Quintero y la contaminación que aqueja a sus habitantes.

Entonces, más que estar pendiente de quiénes suben y bajan, de quiénes corren para ganar la pole position y los que se preparan para tomar los puestos vacantes, lo cierto es que los partidos y posibles candidatos debieran estar más atentos a la forma en que guiarán a la región hacia un puerto que ojalá no sea el descalabro o la paralización en época electoral.

Porque quien quiera colgarse el título de gobernador regional, tendrá que tener algo más que ganas de correr la carrera. Cuando se vienen definiciones relevantes para esta región deprimida, las zapatillas de clavo y la banca deben calentar pensando en sacar adelante a Valparaíso, independiente de quién sea la cara, de qué partido provenga y de qué forma llega a ser el candidato designado.

Publicada en El Mercurio de Valparaíso.

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