Falta de respeto

23 de Julio 2018 Columnas

No es que haya llegado semidesnudo. Tampoco con antenas sobre la cabeza, en pleno cambio de mando presidencial. Ni siquiera con un tapado de plumas. Solo dejó la corbata y la chaqueta fuera del salón, al igual como hace años lo están haciendo varios parlamentarios. Por otro lado, se trata de un reconocido abogado constitucionalista, doctor en derecho, que fue citado y asistió –gratuitamente- a la comisión de Defensa de la Cámara de Diputados a colaborar en la discusión de un tema país.

Esta semana asistimos al estreno de un nuevo capítulo de “perdidos en el espacio”, una especie de teleserie que podría resumir perfectamente la situación que vive la clase política nacional, que cada día se aleja más de la ciudadanía y se acerca más al concepto de entretención, por el nivel de comentarios y actuaciones poco profundos y ridículos, y por la evidente necesidad de estar todo el tiempo aumentando el rating en vez de dedicarse a legislar. Es como si siempre el Congreso quisiera ser la guinda de la torta.

Porque solo en el contexto de una teleserie dedicada a la entretención se puede entender la estupidez brutal en la que están cayendo casi todas las semanas los parlamentarios –y otros actores de la política nacional-, en una forma de funcionar que se ha convertido ya en un hábito. Lamentablemente, parecen no darse cuenta de que se trata de un modus operandi que no les está redituando, sino que les genera cada vez más desaprobación por parte de la ciudadanía.

Resulta vergonzoso, burlesco y realmente indignante escuchar a dos diputados, Osvaldo Urrutia (UDI) y José Pérez (PRSD), interrumpir a un especialista como Jaime Bassa para objetarlo por no llevar corbata. Parlamentarios que son parte de una clase política cuestionada hasta su columna vertebral por los casos de irregularidades que vienen golpeando al país hace casi dos décadas. Que mantienen una dieta parlamentaria que supera en más de 20 veces el sueldo mínimo, para muchas veces ni siquiera asistir a legislar. Que al amparo del fuero parlamentario dicen públicamente las más diversas barbaridades sin ninguna sanción. ¿Y tienen la tupé de criticar a un académico por asistir sin corbata a una comisión?

La vergüenza es un concepto que claramente no está en su vocabulario ni tampoco el respeto. Porque lo que sí es irrespetuoso es que otro diputado, también de la UDI, Ignacio Urrutia (que parece que le gusta subirse a los caballos ajenos, sobre todo cuando hay cámaras y prensa cerca) afirma que “ni cagando” (así, textualmente) se le debe pedir disculpas al profesor Bassa. O cuando el mismo –irrisoriamente denominado “honorable”- es capaz de tratar de “terroristas con aguinaldo” a quienes fueron torturados y encarcelados en dictadura.

Para darle más “seriedad” a la semana, no hay que olvidar la “protesta” de los diputados del Frente Amplio: difícil será sacarse de la cabeza la imagen de Pamela Giles con una corbata a la altura de su trasero. Eso sí es una muestra de sensatez y honorabilidad.

Ahora, para ser justos, la teleserie política también tuvo algunos pasajes en otras áreas, como en la crisis de TVN, donde su director ejecutivo, Jaime de Aguirre, ha sido cuestionado por las cláusulas millonarias de su contrato, en momentos en que el canal está virtualmente quebrado. Para darle más dramatismo al capítulo, se dio a conocer que quien había filtrado la investigación era el presidente del directorio, Francisco Orrego, situación que podría ser sancionada de acuerdo a la legislación vigente. Lo anterior, dando muestras una vez más que –como dijo en una entrevista el consultor de medios Luis Breull- finalmente el canal público se ha convertido nada más que en un botín político, cuya crisis a nadie le interesa realmente.

En paralelo, como si sucediera en otro planeta, temas como la agenda de seguridad de La Moneda, en la que participaron todos los sectores políticos y donde hubo un trabajo de verdad profundo, pasan colados gracias al “corbata affaire” y TVN.

Volviendo al inicio de esta columna, si se buscan sinónimos para la palabra “respeto”, saltan a la vista conceptos como acatamiento, obediencia, rendición, pleitesía y homenaje. No logró entender lo que sucede en la cabeza de Osvaldo e Ignacio Urrutia, junto a José Pérez, para pensar que Jaime Bassa debiera rendirles pleitesía. Más bien, debieran darse cuenta que deben comenzar por respetar a los chilenos, que son los que financian sus costosos trajes y corbatas, y que esperan que -al menos- hagan su trabajo y se concentren en lo que el experto fue a decirles y no en la ropa que usó o dejó de usar.

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