La DC en solitario

1 de Julio 2019 Columnas

En un cuadro de creciente desafección hacia los partidos, pareciera que la DC es la única colectividad que está haciendo política: toma definiciones audaces, rompe esquemas y corre riesgos; tiene al menos un objetivo de corto plazo, que es construir un puente de moderación y acuerdos con el gobierno, en un tiempo de intransigente polarización. Mientras el resto de los actores exhibe más bien debilidad e intrascendencia, la Falange impacta y genera atención a cada una de sus movidas en el tablero.

El presidente del partido, Fuad Chahin, sorprendió ahora con la firma de un protocolo que compromete el respaldo de la DC para reintegrar el sistema tributario. Estiró así al máximo el límite de lo transable, poniendo a sus parlamentarios, al resto de la centroizquierda y a sí mismo ante una gran encrucijada: si Chahin consigue alinear a su colectividad tras este objetivo, consumará un quiebre de envergadura en la oposición, entregando al gobierno un logro lleno de simbolismos. Mostrará también capacidad de conducción y alineamiento interno, lo que reforzará su rol como principal interlocutor del gobierno en los temas sustantivos. Por el contrario, si al final este empeño no ve la luz y sus parlamentarios terminan por quitarle el piso, el actual presidente de la DC quedará en una situación que hará difícil su continuidad en el cargo.

En rigor, la apuesta por la reintegración del sistema tributario es una jugada del todo o nada; supone un claro distanciamiento de la DC con el legado de Bachelet y mayor autonomía ante una centroizquierda donde el centro de gravedad se desplaza hacia el Frente Amplio. En un momento en que el PS atraviesa una verdadera narco-pesadilla, la DC muestra hoy una voluntad de torcer su larga declinación histórica, intentando convertirse en uno de los ejes articuladores del actual ciclo político.

Si logra consumar este paso, la DC quedará en una posición expectante frente a su principal desafío: la futura negociación de los pactos electorales con el resto de la oposición; un escenario donde puede confirmar la incidencia y autonomía adquirida o, por el contrario, tirar por la borda todo el esfuerzo realizado.

Fuad Chahin decide poner ahora sobre la mesa la integración del sistema tributario porque sabe que la centroizquierda tiene margen para patalear, pero no para cerrarse a un acuerdo electoral con la Falange. En las actuales condiciones, eso sería simplemente un suicidio colectivo y esa certeza le permite a la DC negociar con el gobierno sin grandes riesgos. Pero los inevitables acuerdos electorales, serán la instancia que confirme si la DC consolidó una hegemonía ante al Frente Amplio y el PC, o deberá resignarse a seguir subordinada a un esquema que, hasta el presente, sólo le ha traído desgaste e insignificancia.

La apuesta DC por la integración del sistema tributario es una jugada decisiva, un hito cuyo desenlace tendrá hondas implicancias en el reordenamiento y la correlación de fuerzas al interior de la centroizquierda.

Publicado en La Tercera.

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