¿Crónica de un fin anunciado?

11 de Abril 2017 Columnas Noticias

Los francotiradores y las retroexcavadoras definitivamente se tomaron la política nacional. Tanto, que ya se convirtieron en instituciones que no dudan en horadar todo lo que esté a su paso: compañeros de partido, de coalición, expresidentes e incluso mandatarios en ejercicio. Nada vale si de conseguir cámaras y votos se trata. Porque, como diría un conocido aviso publicitario (con una pequeña modificación) “las ideas son nada, la imagen es todo”.

La caída del ex Presidente Ricardo Lagos, luego de que el comité central del Partido Socialista declinara el fin de semana respaldar su candidatura -para apoyar al “independiente” Alejandro Guillier- habla de un fenómeno, global y preocupante, que se ha hecho presente en las grandes élites nacionales: vale más cámara al frente y las frases rimbombantes, que la responsabilidad y la mesura.

A diferencia de Guillier, hasta ahora, el ex Mandatario era el candidato que había puesto las ideas en el centro. Desde su propuesta para una nueva Constitución -en la que trabajaron decenas de personas para entregar un material de lectura didáctico y con proposiciones claras- hasta su intensa nueva vida en Twitter, donde se dedicaba a hablar de lo que le es propio: los temas país.

Sin embargo, la volátil opinión pública, incluido el mundillo pseudo intelectual de las redes sociales, no picaron con su propuesta. Y, por lo tanto, las esquizofrénicas encuestas (diarias, semanales y mensuales) no le fueron afines. Nunca logró superar el 5%.

De sus partidos, el PPD lo respaldó. Pero para que su alternativa fuera real, era necesario el apoyo de su tienda mater: el socialismo. Porque Lagos pudo haber creado el pepedé, pero en verdad, siempre se sintió socialista, máxime cuando era el único personaje en este país que tenía -simbólicamente al menos- doble militancia. Luego de lo que pasó, este fue el fin de semana en que, derechamente, el ex Presidente selló su despedida del partido de Allende.

Aunque muchos se pregunten cuál será el futuro del ex Mandatario, probablemente Lagos hay para rato. Seguirá en lo que estaba antes de esta fallida aventura, dedicado a pensar el país. Como él lo dijo: la vida continúa.

Pero la duda está en el futuro de la Nueva Mayoría. Porque con un PS que respalda a un candidato “independiente”, de factura radical, mientras parte de sus adherentes mira de reojo al Frente Amplio; una DC que evalúa llegar a primera vuelta, y un PC que coquetea con el PRO de Marco Enríquez, ¿será este el fin del conglomerado que trajo la democracia de regreso? ¿Es esta la crónica de un fin anunciado?

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