¿Cómo llegamos al retiro del 10%?

23 de Julio 2020 Columnas

Los equipos técnicos de diferentes sectores políticos coinciden en que el retiro indiscriminado, sin condiciones y exento de impuestos, de los fondos de pensiones es una política pública errada. Entre otras razones, porque se deterioran más aún las pensiones; se pone en tela de juicio el concepto de ahorro obligatorio para la vejez -esencial en todo sistema previsional-, no se enfoca en los que han perdido ingresos; y permite, a quienes tienen mayores ingresos, el retiro de fondos exento de impuestos.

La OCDE lo considera una opción de último recurso y para países que carecen de fondos de reserva o capacidad de endeudamiento. No es el caso de Chile que tiene uno de los menores niveles de deuda neta como porcentaje del PIB en la OCDE. Lamentablemente, el segundo trámite en el Senado empeoró aún más el proyecto, restituyendo el Fondo Colectivo y Solidario de Pensiones, incorporando a los pensionados en retiro programado. ¿Por qué ellos? Los parlamentarios que lo aprobaron no tienen argumentos.  Y lo más grave es que todo esto hace aún más cuesta arriba la indispensable reforma integral del sistema de previsional.

Vale la pena, entonces, preguntarnos cómo llegamos hasta aquí. Tiene responsabilidad el propio Gobierno que, a pesar de contar con la flexibilidad para enfrentar la crisis de liquidez, estructuró mecanismos de apoyo que resultaron tardíos, insuficientes y engorrosos lo cual reduce significativamente su efectividad. Ocurrió con las MIPYME, ocasionando una masiva destrucción del tejido productivo y del empleo; también con las familias, en que cientos de miles personas  que han perdido o visto reducido drásticamente su ingreso, siguen sin poder acceder a los beneficios. Es preferible perder algo de focalización que imponer requisitos que hacen difícil concretar la ayuda a muchos.

También son responsables los parlamentarios y líderes políticos de todos los sectores, que solo privilegian no seguir perdiendo popularidad y por tanto legislan al son de las encuestas, aún a costa de sus propias convicciones. Por ejemplo,  promoviendo en el Congreso el retiro exento de impuestos, institucionalizando con ello la elusión regresiva del impuesto a la renta. Lamentablemente ya no hay vuelta atrás. Los liderazgos políticos, enfocados en recuperar popularidad, renunciaron a cumplir su rol, sucumbiendo a la tentación populista en desmedro del bienestar colectivo y el interés público de largo plazo.

Además, nos ha pasado la cuenta la incapacidad del sistema político de realizar una reforma previsional a tiempo lo que ha implicado que la gente se esté jubilando con tasas de reemplazo inferiores a un 30%. Asimismo, la relación incestuosa entre dinero y política demoró por décadas la corrección de los abusos evidentes del sistema.

Parece fundamental  aumentar en tres años la edad de jubilación para todos, de forma gradual durante los próximos seis años, y hacer tributables los retiros. Pero en un contexto en que solo cuenta la popularidad inmediata, esto es soñar.

Publicado en Diario Financiero

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