Conectividad cerebral de onda lenta: un indicador clave en la función cerebral de personas socialmente vulnerables

10 de Junio 2024 Noticias

Un reciente estudio realizado por académicos e investigadores del Centro de Neurociencia Social y Cognitiva (CSNC) de la Universidad Adolfo Ibáñez, junto a investigadores de la Universidad de Cambridge y Karolinska Institute, ha revelado importantes hallazgos sobre la relación entre la conectividad cerebral de onda lenta y el funcionamiento ejecutivo en individuos socialmente vulnerables, arrojando luces sobre los efectos negativos del estrés crónico y las desventajas sociales en el cerebro. “El estudio revela que las personas socialmente vulnerables, típicamente personas con bajo nivel socioeconómico, mayor tasa de problemas domésticos, que viven en áreas con mayores índices de criminalidad, abuso de drogas, escasos espacios recreativos, entre otros, presentan una mayor presencia de conectividad en ciertas ondas cerebrales lentas (delta y theta) en comparación con personas no vulnerables”, explica el académico UAI, David Huepe, autor correspondiente del artículo científico recientemente publicado.

Esta mayor presencia de bandas lentas se relaciona con un bajo rendimiento en tareas que requieren funciones ejecutivas como la toma de decisiones y la resolución de problemas, demostrando con ello que los factores socioeconómicos juegan un papel crucial en el bienestar mental y cognitivo de las personas. “Se encontró que basta con este solo marcador -la presencia de conectividad en la banda delta- para predecir la vulnerabilidad social, incluso, controlando por edad, escolaridad y género.  Por otro lado, la conectividad en la banda theta está relacionada negativamente a los años de escolaridad, es decir a mayor presencia de esta banda, menor escolaridad. Estos hallazgos sugieren que los problemas sociales y económicos pueden afectar el funcionamiento del cerebro de manera diferente a como lo hacen los trastornos neurológicos y, probablemente, el estrés crónico sea una de las posibles explicaciones”, señala Huepe, quien además agrega que “a través de técnicas neurocientíficas de punta se puede, cada vez más, ir desentrañando los efectos adversos de las condiciones y estilos de vida sobre la salud cerebral”.

El estudio incluyó a 76 participantes sanos, divididos en dos grupos: 38 individuos socialmente vulnerables y 38 controles emparejados, y midió la electroencefalografía en estado de reposo y el funcionamiento ejecutivo de todos los participantes, con edades comprendidas entre los 34 y 47 años.

Dentro de las implicancias de la investigación está el hecho de que podrían influir en el diseño de políticas públicas y programas de intervención enfocados en mejorar la autoestima, reducir el estrés percibido, y promover un ambiente educativo más accesible y efectivo para las poblaciones más vulnerables, debido a que las preocupaciones constantes por problemas económicos y sociales consumen recursos mentales que reflejan cambios específicos en la conectividad cerebral. “Los hallazgos sugieren que políticas públicas centradas en reducir el estrés crónico, mejorar la autoestima y el control interno o la autorregulación, podrían mitigar estos efectos negativos. Además, destaca la importancia de la educación en la salud mental y el desarrollo cognitivo, subrayando la necesidad de apoyar la calidad educación en comunidades vulnerables como un factor protector. Finalmente, el estudio abre nuevas vías para investigar cómo las experiencias difíciles desde la infancia afectan el cerebro, ayudando a entender y prevenir la vulnerabilidad a trastornos mentales en estos grupos”, concluye el líder de la investigación, quien anticipa que futuras investigaciones deberían incluir marcadores fisiológicos del estrés y evaluar cómo la conectividad de onda lenta evoluciona a lo largo del desarrollo cognitivo en individuos socialmente vulnerables, para proporcionar una comprensión más profunda de los mecanismos subyacentes y desarrollar estrategias de intervención más efectivas.

El estudio fue publicada en la prestigiosa revista internacional Cortex.

Link a la publicación: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0010945224000716

 

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