Salvador Valdés: “El aumento en la cotización de cargo del empleador en 6 puntos porcentuales conducirá a una reducción de los salarios líquidos”

21 de Mayo 2023 Noticias

Salvador Valdés, Senior Fewoll de la Universidad Adolfo Ibáñez, cuenta con una amplia trayectoria en el análisis y diseño de políticas públicas y es en una voz influyente en el ámbito de la seguridad social y reformas estructurales.

Ante los desafíos que enfrenta el actual sistema de pensiones y la reforma que propone el Gobierno –que el académico considera inadecuada a las debilidades del sistema existente y a la realidad de Chile– Valdés propone alternativas, como convertir la competencia entre prestadores (AFP o IPP) desde minorista a mayorista, crear un premio explícito en dinero para aquellos prestadores que logren un desempeño financiero superior al promedio de sus rivales y más.

En esta entrevista, profundiza sobre los aspectos que considera fundamentales para una adecuada reforma de pensiones.

Salvador: ¿Cómo evalúa la situación actual del sistema de pensiones en Chile?

-La política de pensiones chilena está evaluada dentro de las mejores 15 del mundo, por una entidad independiente como es la consultora especializada Mercer (sede Melbourne), que publica un ranking todos los años. Por supuesto, también tiene áreas de mejora. En todo caso estamos avanzados, porque en 2019 se mejoró la pensión “no contributiva”, cuando todavía se llamaba Pilar Solidario, por medio de elevar 50% real tanto el monto mensual del valor base como el umbral de la otra pensión (la contributiva) a partir del cual el monto se reducía a cero.

Esa reforma aprobada en diciembre de 2019, terminada de implementar en enero de 2022, mejoró sustancialmente el apoyo que brinda a los primeros tres deciles de la distribución del ingreso de las personas mayores. En efecto, con ella la pensión básica chilena quedó encima del promedio de los países OCDE, usando el índice de comparación OCDE, que es el porcentaje que representa la pensión básica del salario promedio de todos los trabajadores activos.

Una reforma posterior que sustituyó la pensión solidaria por la PGU mantuvo el monto del beneficio en términos reales (sólo adelantó el reajuste una vez a febrero de cada año) y eliminó la focalización que había antes, pues extendió el subsidio a la clase media alta, hasta el percentil 90 de la distribución del ingreso. En suma, en la situación actual la parte “no contributiva” ya está mejorada y lo pendiente es abordar la parte “contributiva.”

¿Cuáles son los elementos críticos que hacen necesaria aplicar una reforma?

-La parte “contributiva” presenta debilidades serias, varias de las cuales confluyen para hacer que la cuantía de la pensión contributiva sea insuficiente para la gran mayoría de las personas. Una de las principales debilidades es la excesiva presencia de lagunas (interrupciones de cotización) en las historias previsionales de los chilenos. Si definimos “exceso de lagunas” como la diferencia entre las lagunas observadas en Chile (40%) y las observadas en España (15%), se encuentra que este exceso de lagunas redujo la suficiencia (magnitud) de las pensiones en el DOBLE que la suma de los aumentos de esperanza de vida de las personas de 65 años, registrados en los últimos 30 años. Esos aumentos reducen las pensiones porque Chile no ha elevado la edad de inicio de pensión de modo proporcional, medida que sí han tomados todos los demás países.

Las lagunas se deben a dos falencias de nuestras autoridades por décadas: (1) mantienen una multiplicidad de exenciones legales a la obligación de cotizar y (2) casi no destinan recurso alguno a la fiscalización proactiva del cumplimiento, omisión que ha masificado la evasión.

Otra debilidad seria en Chile ha sido la omisión, por parte de las autoridades, de medidas paliativas para la disminución de la tasa de rentabilidad real de largo plazo de las inversiones financieras, registrada en el mundo desarrollado en los últimos 25 años.

Esto nos importa porque cerca de la mitad de nuestros fondos de pensiones está invertida en el exterior y porque la rentabilidad de las inversiones en Chile también ha disminuido, alineada con la rentabilidad en el resto del mundo.

¿Qué opinión le merece la propuesta del gobierno sobre la reforma a las pensiones?

Me parece inadecuada a las debilidades del sistema existente y a la realidad de Chile. Sus medidas respecto a la parte contributiva son estatistas. En un país donde las diferencias de opinión sobre la política de pensiones son muy fuertes (las del Partido Comunista y Frente Amplio versus las de la derecha), y donde la votación del electorado es volátil y empujada por urgencias de corto plazo, una propuesta estatista es excesivamente vulnerable a cambios de timón por parte de las autoridades, que cambian cuando la votación popular da un giro. El estatismo no da confianza a los afiliados de que sus fondos estarán ahí para cuando ellos inicien pensión y menos aún para los siguientes 25 años, que es el lapso promedio de vida adicional de quienes cumplen 65 años.

¿Cuál es el mayor riesgo que ve en la propuesta de gobierno?

El aumento en la cotización de cargo del empleador en 6 puntos porcentuales a lo largo de sólo 6 años conducirá a una reducción de los salarios líquidos. El motivo es que la productividad laboral está estancada y los especialistas estiman casi unánimemente que seguirá estancada en los próximos 4-5 años. A medida que los empleadores se saquen de encima este enorme aumento de costos salariales (6 puntos), como han hecho en todas las economías de mercado del planeta cuando suben las cotizaciones previsionales de su cargo, la ausencia de aumentos de productividad laboral obligará a reducir los salarios líquidos de los trabajadores. Si no se alarga el plazo hasta 12 o 15 años, habrá una progresiva disminución de los salarios reales. Es previsible un fuerte reclamo contra el sistema político cuando bajen los salarios, lo que conduciría a “reformar la reforma” en una dirección impredecible.

¿Cuál es su propuesta?

Mejorar el sistema contributivo requiere múltiples medidas, así que sólo enumero titulares: duplicar el plazo de introducción el aumento de la tasa de cotización para vejez, sustituir la modalidad de pensión llamada “retiro programado” por otra que no requiera garantías privadas pero sí asegure contra el costo financiero de una longevidad inusualmente larga, crear un subsidio mucho mayor para los cuidadores de mayores en situación de “dependencia severa”, convertir la competencia entre prestadores (AFP o IPP) desde minorista a mayorista, crear un premio explícito en dinero para aquellos prestadores que logren un desempeño financiero superior al promedio de sus rivales, crear un subsidio para los actuales pensionados de clase media con pensión insuficiente, que vaya disminuyendo en el tiempo, y algunas más.

¿Tiene respaldo transversal?

-Como el tema es extenso, se ha estado discutiendo por partes. Algunos ítems ya cuentan con respaldo y otros no han sido tratados en profundidad aún.

¿Cree que es una propuesta que es sustancialmente mejor para los trabajadores chilenos?

Por supuesto, pero no sólo para los trabajadores actuales, sino también para los futuros y para quienes ya se retiraron del mercado laboral. Es crucial disponer recursos de largo plazo para aumentar la productividad laboral (financiando inversión de todo tipo) y minimizar el daño a los empleos con seguridad social.

 

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