Profesor Sebastián Gallegos publica investigación en la prestigiosa revista “The Journal of Human Resources”

2 de Septiembre 2022 Noticias

¿Puede la edad con la que un niño o niña ingresa al colegio influir en su desempeño?

Investigaciones en el pasado han encontrado que sí. Los niños que empiezan el colegio cuando son mayores, lo hacen con habilidades cognitivas, de lenguaje, sociales y motoras más robustas. Esto se explica porque son más maduros y han pasado más tiempo con sus padres desarrollando diferentes habilidades.

Esto, a muchos padres en Chile, se les hará evidente.  Para entrar a primero básico, un niño o niña debe tener 6 años cumplidos el 30 de junio. Si los cumple el 1 de julio, debe ingresar el otro año, es decir, podría llegar a ser casi un año mayor que algunos de sus compañeros. Y esa diferencia, concordarán varios padres, es notoria tanto físicamente como a nivel de desarrollo cognitivo, social y de lenguaje.

Más aún. Una nueva investigación del profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, Sebastián Gallegos y del académico de la Universidad Católica Pablo Celhay, publicada recientemente en el Journal of Human Resources, sugiere que la señal de habilidades más fuertes cambia también la expectativa de los padres hacia sus hijos.

El punto más importante es que esta ventaja sólo se debe a la diferencia edad. Es decir, es sólo una señal, arbitraria, de habilidades. Y sin embargo, padres reaccionan marcadamente y amplían esa brecha inicial dice el profesor Gallegos.

Los papas de los niños que demuestran habilidades más fuertes, están más propensos a creer que a sus hijos les va a ir mejor y van, por ejemplo, a entrar y completar la educación superior. Por ello, están 10% más propensos a comprarles o darles un computador, 20% más propensos a tener una conexión a internet, y 8% más propensos a tener 10 o más libros en casa.

¿Y qué ocurre cuando esto pasa?

“Usando datos administrativos y métodos causales de frontera, seguimos niños y niñas por cerca de 20 años. Encontramos efectos de largo plazo, positivos y grandes, sobre resultados importantes para la vida, como matrícula universitaria y graduación” dice el doctor Gallegos. Estos efectos a largo plazo son más pronunciados en familias de bajos ingresos.

La pregunta es ¿se puede modificar el futuro de los niños si enviamos señales correctas a los padres? O, ¿se podrían fijar, por ejemplo, políticas que ajusten las evaluaciones de desempeño de los niños a su edad?

Puedes acceder a investigación del profesor Gallegos AQUÍ.

El doctor Gallegos fue entrevistado por el grupo de Capital Humano y Oportunidades de la Universidad de Chicago acerca de esta investigación. Puedes leer la entrevista AQUÍ.

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