Naturaleza y misericordia en Gaudí

3 de Mayo 2019 Noticias

En el marco de la extensión cultural que realiza la UAI, abierta a la comunidad, se realizó la conferencia y concierto de piano “Naturaleza y Misericordia en Gaudí”, organizada por la Facultad de Artes Liberales y el Departamento de Comunicaciones y Extensión de la UAI de Campus Viña.

La charla estuvo a cargo del arquitecto español, José Manuel Almuzara, ex vicepresidente de la Asociación Amigos de Gaudí y miembro de comité científico del Gaudí World Congress, quien destacó aspectos relevantes de la vida y obra de Antonio Gaudí,  a cargo de una de las construcciones más emblemáticas de la modernidad, la basílica de la Sagrada Familia.

El repertorio musical, que incluyó piezas de Bach, Mozart, Chopin y Schubert, fue interpretado por Erika Vöhringer y Juan de Dios Montero en el piano; y Nicolás Fermandois en la flauta traversa.

En el trascurso de la presentación, se trataron temas que fueron elementos poco conocidos en la vida y en el desarrollo de la obra del arquitecto: “Gaudí, más allá del cálculo y las estructuras, fue un hombre que entendió que, para llegar a eso, debía tener en cuenta la música, la literatura, la filosofía e incluso, debía comprender la forma de ser sus operarios”, indicó Almuzara.

A esto se suma que encontró en el excursionismo la fuente de inspiración para sus creaciones, pues la naturaleza y la espiritualidad se convirtieron en la base de su manera de entender el mundo. “A él la naturaleza lo deslumbraba y la aplicación de sus leyes a las construcciones, es la razón de por qué a todo el mundo le gustan sus obras”, agregó el expositor.

El experto en la vida del arquitecto español destacó que muchos de estos elementos se ven en la UAI, por lo que aseguró que “Gaudí estaría contento de estar en esta Universidad como alumno o como profesor, porque la naturaleza nos invade desde el paisaje exterior: el océano, las plantas, los árboles, y luego, el juego de volúmenes del edificio que está muy bien pensado y las rampas que conectan con todo”.

Junto con su gusto por la naturaleza, Almuzara destacó una cualidad del Gaudí que lo hacía excepcional: la humildad. “Un genio vanidoso es triste. Yo pienso que Gaudí con su humildad puso sus dones al servicio de su trabajo, lo que lo hace más grande no solo como arquitecto, sino como hombre”, afirmó.

Esa cualidad, unida con el amor y dedicación que ponía en sus trabajos, fue lo que le permitió llamar la atención de quien se convirtió en su mecenas y quien cambió su vida para siempre, el industrial y político español, Eusebio Güell.

Desde el momento en que Güell vio una vitrina hecha por Gaudí a sus 26 años, lo llamó para diseñar grandes obras y lo contactó con burgeses catalanes que lo llevaron a catapultar su carrera al punto de lograr siete edificios Patrimonio de la Humanidad y ser recordado como una de las mentes brillantes que desarrolló un lenguaje arquitectónico único y difícil de etiquetar.

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