A partir de un cuestionamiento sobre los modelos actuales de consumo y producción en la industria del calzado, las y los estudiantes del Ingeniería en Diseño UAI y del Magíster en Innovación y Diseño UAI Vicente Arenas, Natalia Flores, Francisca Henríquez, Cristóbal Ogrodnik y Gabriela Salgado, encontraron hallazgos clave para comenzar un proyecto de transición hacia la sustentabilidad en este rubro.
A través de estudios etnográficos, brainstorming y ejercicios de prototipado rápido, identificaron que las zapatillas tienen un proceso de reciclaje muy complejo debido a que están compuestas de múltiples materiales que además son difíciles de separar. También pudieron concluir que 9 de cada 10 personas no sabe si sus zapatillas son reciclables, ni tampoco dónde reciclarlas, y que, pese a que unas zapatillas tengan la mayoría de sus partes funcionales, si se daña o desgasta una zona localizada, las personas las desechan. En síntesis, evidenciaron que en esta industria en específico no se ofrecen alternativas a los consumidores para que cambien sus hábitos de consumo hacia unos más sustentables.
“Gracias a los conocimientos que nos entregó la Escuela de Diseño respecto a la fabricación digital (impresión 3D y corte láser en este caso), se nos abrió un mundo hacia las nuevas tecnologías, más ágiles, eficientes, personalizables y con la posibilidad de ser más amigables con el medio ambiente”, cuenta Vicente Arenas, parte del proyecto y quien habla en representación del grupo.
Con estas herramientas crearon MUDS, un concepto de zapatillas modulares compuesto por dos partes intercambiables: el upper (parte superior del calzado) y la suela. “Cada módulo ofrece una amplia variedad de opciones de diseño, que brindan distinta funcionalidad y estética, pudiendo generar múltiples combinaciones. De esta forma, asegura una mayor versatilidad y abre la oportunidad de personalizarlas a gusto y medida. Gracias al amplio abanico de diseños, cada variación se convierte en una nueva zapatilla, logrando tener ‘muchas’ a partir de una menor cantidad de elementos, disminuyendo la cantidad de calzado consumido por persona”, explica Vicente.
MUDS se hace cargo también de sus residuos, ya que sus módulos de suela están fabricados en base a filamento de impresión 3D reciclado y reciclable, mientras que el módulo upper se elabora a partir de textil rescatado de prendas en desuso. “Así, reutilizamos material y reducimos los desechos que arrastra la industria del calzado”, agrega el alumno.
Las y los estudiantes le dieron especial énfasis a la sustentabilidad desde el inicio: debía ser un pilar fundamental en el proyecto. “El desafío real fue concebir una idea que fuera lo suficientemente atractiva y factible para darle a las personas un incentivo en ser conscientes con el medio ambiente”, dice Vicente. En esa línea, asegura que el valor agregado del proyecto “no es ni la modularidad, ni la impresión 3D, ni el reciclaje de filamento, sino que el trabajo que se hizo en recoger estos conceptos e integrarlos en una solución que ofrece más una experiencia que un producto. MUDS no es solo zapatillas, sino la propuesta atractiva de un modelo de producción basado en economía circular”.
MUDS fue creado como parte del proyecto de título de la carrera de Ingeniería en Diseño. Su profesor guía, Felipe Véliz, destaca el propósito enfocado en la sustentabilidad. “El valor del proyecto está en entender el diseño como una manera de dar solución a problemas relacionados al cuidado del medio ambiente, a través de metodologías de trabajo que los alumnos han aprendido durante la carrera de Ingeniería en Diseño y del Magíster en Innovación y Diseño. En ese sentido, es satisfactorio el observar la correcta aplicación de técnicas de fabricación aprendidas en su proceso académico, así como la capacidad crítica que tuvieron durante el proceso para encontrar el problema, entender sus variables y proponer una solución”, señala.
Vicente añade que en vista del gran recibimiento que tuvo la propuesta y lo que conversaron a lo largo del proceso, “sería una gran oportunidad continuar y ver hasta dónde lo podemos llevar”, concluye.