En la que  define como su investigación más ambiciosa hasta ahora, Carmina Rodríguez, académica e investigadora de la Escuela de Comunicaciones y Periodismo UAI realizó estudio para analizar los efectos de recibir mensajes apoyadores luego de compartir emociones en línea durante la experiencia de realizar la Prueba de Selección Universitaria (PSU): “Una de las teorías en las que me basé de manera importante en mi doctorado en Comunicaciones fue la de compartir emociones y  el recibir apoyo emocional, entonces quise centrarme en estudiar las diferencias entre recibir apoyo por distintos medios, cara a cara y en línea”, sostiene la académica.

La investigadora cuenta que en una reunión con sus coautores quisieron ligar el estudio con un evento “natural” estresante, es decir, que no fuera inducido en un laboratorio, sino que surgiera espontáneamente: “fue ahí cuando me acordé de la experiencia de dar la PSU. Decidimos centramos en este evento como un “estresor” o importante evento de vida natural, lo cual fue muy bueno pues aporta conocimiento sobre un evento específico chileno y además con el apoyo de investigadores internacionales”.

El estudio fue realizado en co-autoría junto a los dos supervisores del doctorado de Rodriguez: los profesores doctores Ed Tan y Peeter Verlegh, el primero de la Universidad de Ámsterdam y el segundo de la Universidad Libre de Ámsterdam y dos investigadores que tienen una gran experiencia y conocimiento en metodologías de análisis, ambos de la Escuela de Investigación en Comunicación de Ámsterdam (ASCoR): los doctores Ine Beyens y Rinaldo Kühne.

Rodríguez explica que el análisis de datos fue “exhaustivo y desafiante”, considerando que fue una encuesta con seis “tomas”, es decir seis encuestas a lo largo del tiempo: la primera encuesta fue el día antes de dar la prueba y la última encuesta ocurrió cuando los alumnos conocieron el resultado de sus postulaciones a una carrera y universidad.

El grupo de estudio fueron cerca de 500  jóvenes, mayoritariamente jóvenes de 18 a 19 años, residentes a lo largo de todo Chile, que dieron la PSU el 2015. “Era importante el seguir a los estudiantes durante la totalidad  del proceso, e identificar cómo ellos se iban sintiendo con respecto a las diferentes fases de la prueba y la retroalimentación que recibían”, explica Rodríguez-Hidalgo, quien identificó  tres “eventos” importantes en la PSU: el dar la prueba en Noviembre, el recibir el puntaje cerca de la Navidad en Diciembre, y finalmente  recibir el resultado  de las postulaciones a carrera y universidad a fines de Enero.

El estudio buscaba mostrar si es que los jóvenes recibieron retroalimentación positiva en línea en redes sociales y cara a cara durante su proceso PSU y determinar el efecto de ambos tipos de feedback a lo largo del tiempo en sus emociones.

La principal conclusión es que los estudiantes se sintieron levemente menos estresados después de recibir mensajes de apoyo emocional en línea los días después de los tres eventos principales de la PSU, a diferencia de recibir retroalimentación positiva cara a cara, la cual no reportó ningún efecto significativo dentro de sujetos.

A juicio de la investigadora, el aporte del estudio es que se encontró un efecto positivo individual de una leve disminución del estrés al recibir mensajes de apoyo en línea, lo cual podría significar buenas noticias, ya que habla del potencial de la comunicación virtual para mejorar la vida de los estudiantes, lo cual es aún más relevante en un contexto de pandemia, durante el cual los jóvenes se deben comunicar aún más de manera virtual y en el cual en este contexto frecuentemente se experimenta estrés: “Hoy es muy común el recibir mensajes por redes sociales o ser parte de un grupo de apoyo en línea y algunos podrían cuestionar la efectividad de este tipo de comunicación”, agrega.

Además, la académica aclara que este estudio no fue sobre la educación a distancia, sino que sobre la comunicación emocional a distancia física. “Es importante destacar también que los jóvenes encuestados declararon recibir apoyo emocional en redes sociales a través de conocidos, pero también de desconocidos, a través de grupos de apoyo para dar la PSU por ejemplo en Facebook”.

Asimismo sus autores piensan que a  través de estos grupos los jóvenes pudieron acceder a un apoyo emocional e informativo que de otra manera no dispondrían cara a cara, por ejemplo el preguntar a estudiantes que ya estaban en la universidad cómo era el estudiar una carrera en un plantel determinado, el recibir respuesta sobre si habían respondido bien a una determinada pregunta en la PSU antes de recibir los resultados reales, o incluso el recibir mensajes de apoyo y contención emocional mediante el compartir un momento difícil o una duda existencial vocacional en estos grupos.

La investigación fue publicada en una de las revistas de mayor ránking de impacto del mundo dentro del área de comunicaciones y tecnología (Journal of Computer-Mediated Communication), por ende el proceso de revisión de pares de este artículo fue muy detallado y exhaustivo. “Para este artículo utilizamos técnicas de análisis estadístico de punta, por ende tuvimos varias rondas de revisión antes de que el artículo fuera publicado en agosto de este año”, cuenta la investigadora quien agrega que la publicación de este estudio viene a reforzar los aportes que hace la Escuela de Comunicaciones y Periodismo al estudio de las relaciones entre el uso de tecnologías digitales y el bienestar emocional de los jóvenes, por ejemplo a través de su programa de Ciudadanía Digital.

Para Rodríguez-Hidalgo también es relevante que se haya publicado un estudio de estas magnitudes en una muestra chilena y con un tema que, aunque es muy propio de nuestro país como dar la PSU, es una experiencia que en el mundo enfrentan muchos jóvenes : “por ejemplo, en Estados Unidos existe una prueba similar que es el SATs. Entonces estos resultados tienen un alcance que desde Chile se podría extrapolar y comprobar en otras poblaciones”, concluye.

Lee la investigación, aquí.