Una mala idea

16 de Abril 2020 Columnas

Ante una crisis como esta, siempre son bienvenidas las ideas que ayuden a disminuir sus efectos negativos. Sin embargo, hay buenas y malas ideas, y hoy más que nunca es primordial poder diferenciar entre ellas. Partamos por reconocer que las personas en Chile, así como en el resto del mundo, se enfrentan no solo a una pandemia casi sin precedentes, sino que también a un shock económico significativo de la mano de un alto nivel de incertidumbre sobre el futuro. Las autoridades tanto de gobierno como de los organizamos internacionales esperan una fuerte contracción de la economía y del empleo.

La semana pasada una AFP propuso que sus afiliados pudieran retirar el 5% del saldo en la cuenta individual de ahorro para la vejez y así enfrentar la crisis provocada por la pandemia. ¿Es esta una buena idea para mejorar la resiliencia frente a los efectos económicos de la pandemia? La respuesta es clara, NO.

La primera razón por la cual esta propuesta es una mala idea es financiera. La pandemia ha traído consigo una fuerte contracción económica que ha resultado en la disminución en el valor de los activos de las cuentas individuales de ahorro para la vejez.  En Chile solo en febrero el Fondo A (el qué más cayó) tuvo una rentabilidad negativa a nivel de sistema de 4,46% y el Fondo E rentó un -2,88%. El mes de marzo también fue negativo. Si se aprobara un retiro de dinero desde las cuentas individuales se estaría materializando una pérdida real, que dificultaría a los ahorrantes beneficiarse del rebote, que muy probablemente tendrán los fondos, luego de que la pandemia sea controlada.

La segunda razón es más práctica, el saldo promedio en las cuentas de capitalización individual es de alrededor de 12 millones de pesos. De aprobarse el retiro de un 5%, en promedio los cotizantes podrían accedes a unos 600 mil pesos una sola vez, lo que equivale a menos de dos sueldos mínimos. Este monto parece importante, especialmente para aquellos cotizantes más vulnerables. Sin embargo, es importante hacer hincapié en que este cálculo es un promedio. Lo que lleva a la tercera razón, una de tinte ético.

Sabemos que Chile es un país con una desigualdad de riqueza significativa, lo que también se ve reflejado en los saldos de las cuentas individuales de las AFP. Entonces, si se permite que cada uno acceda a sus ahorros para la vejez de forma paliativa ante la crisis, se estaría perpetuando esta desigualdad. Aquellos con saldos bajos accederán a sumas de dinero muy por debajo del promedio mencionado y aquellos con saldo altos tendrán la posibilidad de acceder a sumas muy superiores. Esto no parece ser justo, sería nuevamente pensar en que frente a esta pandemia y sus repercusiones económicas cada uno se las arregla como puede y peor aun a costa de su futura pensión.

Hoy más que nunca el rol del estado como protector y garante de una vida digna debe primar. Las medidas que el Gobierno de Chile está tomando van en la dirección correcta, y posiblemente deberán expandirse aún más. Potenciar el rol del estado parece una muy buena idea a diferencia de lo propuesto por esta AFP.

Publicado en La Segunda.

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