Tragicomedia socialista

9 de Abril 2017 Columnas Noticias

Ni Cantinflas habría podido arribar al guion desplegado por el PS para escoger a su abanderado presidencial. Una impresionante sucesión de absurdos que debe concluir precisamente hoy, cuando el Comité Central del partido decida entre el expresidente Lagos y el senador Guillier, no descartándose que pueda optar también por ambos o por ninguno, es decir, decretando ‘libertad de acción’. Encrucijada a la que llega después de un largo recorrido, con decisiones insólitas que han terminado por dejar a la colectividad en el peor de los mundos.

Primero, se buscó generar una instancia participativa, una “consulta ciudadana” avalada por dos reuniones de su Comité Central, en una de las cuales se dieron incluso el lujo de someter a Ricardo Lagos a una increíble “pifiadera”. Después y por razones aún no aclaradas, una de sus principales cartas, la senadora Isabel Allende, abandonó la carrera dejando una estela de versiones sobre una supuesta presión ejercida en su contra por el propio Lagos. Y luego que el PPD optara por proclamar en solitario al expresidente, las instancias formales de la colectividad mantienen a firme la realización de la consulta, aún con la voluntad ya explícita de Lagos de no participar en ella.

Finalmente, hace apenas una semana, otra sesión del Comité Central desechó la elección interna en la que ya estaban confirmados y en plena campaña el exministro Insulza y el académico Fernando Atria. En dicho escenario, ambos personeros optaron por bajar sus candidaturas, dejando al partido ante la disyuntiva de escoger ahora entre Lagos y Guillier, o ambos o ninguno. En síntesis, solo alternativas de alto costo político, en las que el PS arriesga no solo una fractura interna sino también, el destino de las primarias oficialistas.

En los hechos, si a estas alturas el PS escoge al expresidente Lagos, el daño que todo este entuerto ya le ha provocado jugará fuertemente en contra de sus escasas posibilidades. A su vez, esa decisión implicará un claro golpe a Alejandro Guillier, la única carta electoral que hasta el momento exhibe un apoyo competitivo frente a Sebastián Piñera. Pero si el partido decide en cambio apoyar al senador independiente, el PS habrá puesto la lápida definitiva a la candidatura de Lagos, cerrando su larga trayectoria política de la peor forma imaginable. Y si opta por ambos o por ninguno, la nueva mesa directiva quedará marcada desde el inicio por su crucial incapacidad para imponer una verdadera definición.

Como epílogo de esta comedia de errores, en los últimos días los partidarios de Lagos han desplegado un chantaje impresentable, apuntando a que el exmandatario se bajaría de la carrera presidencial si no obtiene la nominación de la colectividad, ilustrando así a los cuatro vientos la precariedad con que llega a esta instancia decisiva.

Ahora el PS debe optar entre la lealtad con su historia y la sobrevivencia de quienes en la próxima contienda presidencial arriesgan bastante más que sus convicciones. Lo increíble y lo tragicómico es que los socialistas hicieron todo para dilatar su importante decisión, hasta el límite de conseguir que hoy ella no valga prácticamente nada, y que nadie pueda salir de esta instancia como un claro y digno triunfador.

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