Planes de contingencia para empresas esenciales ante saturación del sistema de salud

18 de Mayo 2020 Columnas

El impacto del virus SARS-CoV-2 en los sistemas de salud y economías del mundo ha sido dramático. Afortunadamente, Chile tiene una pequeña pero valiosa ventana de tiempo para informarse con algunas semanas de anticipación de las medidas de gestión que se han implementado en otros países, y sus respectivos resultados. Así, varias empresas han implementado estrategias que previenen el contagio de sus trabajadores, transformando sus instalaciones en ambientes aún más seguros que sus propios hogares y los entornos urbanos en que éstos se encuentran. Otras también han ajustado sus rutinas y jornadas al teletrabajo, diferido turnos y horarios de ingreso y salida para minimizar contagios, o implementado testeos de anticuerpos que harán aún más seguros los lugares de trabajo.

Ahora bien, la experiencia de otros países muestra que cuando el número de enfermos graves sobrepasa la capacidad de cuidados intensivos de los hospitales, el resultado es devastador. Es, sin duda, el peor momento para contagiarse y enfermar, debiendo extremarse las medidas preventivas para evitar el contagio. Por eso las autoridades decretan lockdowns que llevan a la mayoría de las empresas a suspender la totalidad de sus actividades, salvo aquellas que realizan actividades esenciales, críticas para la subsistencia.

Frente a un escenario en que la atención de salud de cuidados intensivos de una comuna o región esté sobrepasada sin disponibilidad de ventiladores, oxígeno, camas o personal, estas empresas deben, entonces, aplicar planes de contingencia que les permitan continuar sus operaciones básicas garantizando la salud de sus trabajadores. En efecto, todas aquellas empresas que desarrollan actividades esenciales tales como generación, transporte y distribución de energía y combustibles, las comunicaciones, el transporte y logística aérea, terrestre y marítima, la producción de alimentos y bebestibles o fármacos, entre muchas otras, deben anticipar con exactitud los servicios básicos e indispensables que les permitirán continuar funcionando temporalmente mientras duren las cuarentenas y las emergencias en los sistemas de salud, procurando que aquellas personas que cumplan tareas esenciales permanezcan aisladas en las instalaciones de la empresa para evitar el contagio.

Para ello, requieren identificar primero a las personas que podrían mantener un régimen de emergencia como el planteado, proponiendo y acordando con éstas, y estableciendo luego los términos para su activación y coordinando además las actividades de apoyo que se requerirán para desempeñar estas operaciones básicas, manteniendo el aislamiento que resguarde la salud de estos trabajadores. ¿En qué debería consistir este plan de emergencia? Uno es proveer alojamiento, adaptando espacios en sus mismas instalaciones o adquiriendo soluciones desplegables en pocos días. También es necesario cuidar especialmente los espacios de cocina y baños, pues son lugares más propicios para el contagio. Tercero, estos establecimientos deben estar bien provistos de comida, bebidas, medicamentos, herramientas, y ropa para sobrellevar los periodos de aislamiento. Por último, no está demás evaluar desde ya la adquisición de equipamiento y vestimentas de protección biológica, o reconfigurar los espacios para aquellas actividades que aumentan la exposición a contagios como aduanas, seguridad, venta, o los traslados.

Publicado en La Tercera.

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